ANTIOQUIA DE PISIDIA SEGUNDA PARTE | Martes 14 de agosto Lección 7
Hechos 13:38 y 39 presenta el tema de la incapacidad de la Ley para justificar, un importante concepto doctrinal. A pesar del carácter obligatorio de sus mandamientos morales, la Ley es incapaz de ofrecer justificación porque no puede producir obediencia perfecta en quienes intentan guardarla (Hech.15:10; Rom.8:3). Incluso si la Ley pudiera producir obediencia perfecta en nosotros, esa obediencia perfecta no puede expiar los pecados pasados (Rom.3:19; Gál.3:10, 11). Esta es la razón por la que la justificación no se puede ganar, ni siquiera en parte. Podemos recibirla solamente la fe en el sacrificio expiatorio de Jesús (Rom.3:28; Gál.2:16), un regalo que no merecemos. Por más importante que sea para la vida cristiana, la salvación no se puede conseguir a través de la obediencia.
Lee Hechos 13:42 al 49. ¿Cómo recibió la sinagoga el mensaje de Pablo?
A pesar dela aspereza con que Pablo terminó su mensaje, la reacción de la mayoría en la sinagoga fue sumamente favorable. Sin embargo, al sábado siguiente las cosas cambiaron drásticamente. Es muy probable que “los judíos” que rechazaban el mensaje del evangelio los dirigentes de la sinagoga los que representaban al judaísmo oficial Lucas le atribuye a los celos la despiadada actitud de ellos hacia Pablo.
En el mundo antiguo, varios aspectos del judaísmo como el monoteísmo, el estilo de vida e incluso el sábado ejercían una fuerte atracción entre los no judíos, y muchos de ellos se unían a la fe judía como prosélitos. No obstante, la circuncisión era un grave obstáculo, ya que se consideraba una práctica bárbara y repugnante. En consecuencia, muchos gentiles asistían a las sinagogas para adorar a Dios, pero sin convertirse formalmente al judaísmo. Se los conocía como «temerosos de Dios», y quizá fueron los temerosos de Dios 0 también los prosélitos de la sinagoga de A Antioquia (Hech.13:16,43. NVI) los que ayudaron a difundir la noticia del mensaje de Pablo entre la gente en general, y esta acudía en grandes. La posibilidad de experimentar la salvación sin tener que primero adherirse al judaísmo, sin duda, era particularmente atractiva para muchos.
Esto quizá ayude a explicar los celos de los dirigentes judíos. De cualquier forma, al rechazar el evangelio, no solo se estaban autoexcluyendo de la salvación de Dios. Sino también liberaron a Pablo y a Bernabé para dedicar toda su atención a los gentiles, quienes se regocijaban y alababan a Dios por incluirlos en su plan de salvación.
Reavivados su Palabra: Hoy, Tito 1 -Durante esta semana, DTG caps. 56, 57.