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CUANDO EL MATRIMONIO SE ACABA | Martes 23 de abril Lección 4

abril 23, 2019

CUANDO EL MATRIMONIO SE ACABA | Martes 23 de abril Lección 4

De todas las formas en que el pecado ha devastado a la humanidad, salvo el sufrimiento físico y la muerte, ¿qué otra cosa más que la familia ha enfrentado las consecuencias más devastadoras del pecado? Es casi como si la frase “familia disfuncional” fuera redundante. ¿Qué familia no es disfuncional, hasta cierto punto? Aparte de la muerte, una de las cosas más difíciles que una familia puede
enfrentar es un divorcio. Las personas que atraviesan esta terrible experiencia experimentan un abanico de emociones. Probablemente, el primero y más común sea el duelo, que según la persona puede durar varios meses o años, con diferente intensidad. Algunos pueden experimentar miedo; miedo
a lo desconocido, ansiedades financieras, y miedo a no poder enfrentarlo.
Algunos quizá transiten un período de depresión, enojo, y hasta de soledad.

¿Qué principios generales sobre el divorcio podemos recoger de los siguientes versículos? Malaquías 2:16; Mateo 5:31, 32; 19:8; 1 Corintios 7:11-13.

“La iglesia, como agencia redentora de Cristo, debe servir a sus miembros en todas sus necesidades y atender la formación de cada uno de ellos, de manera que todos puedan crecer hasta alcanzar una experiencia cristiana madura. Esto es particularmente cierto cuando los miembros enfrentan
decisiones para toda la vida, como el matrimonio; y experiencias penosas, como la del divorcio. Cuando una pareja matrimonial está en peligro de deshacerse, los cónyuges, y aquellos que en la iglesia o en la familia los ayudan, deben hacer todos los esfuerzos posibles para lograr la reconciliación, en
armonía con los principios divinos para la restauración de las relaciones dañadas (Ose. 3:1-3; 1 Cor. 7:10, 11; 13:4-7; Gál. 6:1).
“Existen materiales disponibles a través de la iglesia local y de otras organizaciones de la iglesia que pueden ayudar a los miembros a desarrollar un hogar cristiano sólido. Estos materiales incluyen: 1) programas de orientación para parejas en vías de contraer matrimonio, 2) programas de
instrucción para parejas casadas, juntamente con su familia, y 3) programas de apoyo para familias destruidas y personas divorciadas”.–Manual de la iglesia, p. 156.

¿De qué forma práctica y sin prejuicios puedes ayudar a alguien que está atravesando un divorcio?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Josué 6 – Durante esta semana, HAp caps. 24.