EL BAUTISMO DE JESÚS | Miércoles 3 de julio Lección 1
Lee Marcos 1:9 al 13. ¿Quién está presente en el bautismo de Jesús y qué sucede?
Juan bautiza a Jesús en el río Jordán y, cuando asciende del agua, ve los cielos abiertos y al Espíritu Santo descender sobre él como una paloma. Es-
cucha entonces la voz de Dios desde el Cielo: “Tú eres mi Hijo amado. En ti me complazco” (Mar. 1:11).
Estos eventos señalan la importancia del bautismo de Jesús. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están presentes y declaran juntos el inicio del ministerio de Jesús. La importancia de este evento encontrará su eco en la escena de la cruz registrada en Marcos 15. Muchos de los elementos de la narración reaparecerán en esa escena.
El Espíritu impulsó a Jesús al desierto (Mar. 1:12). La palabra griega original traducida como “impulsó” es ekballō, el término comúnmente usado en el Evangelio de Marcos para referirse a la expulsión de demonios. La presencia del Espíritu Santo aquí ilustra su poder en la vida de Jesús. El Señor ya está iniciando el viaje de su ministerio e inmediatamente se enfrenta a Satanás. El aspecto de la lucha en esta escena se muestra mediante la referencia a los cuarenta días de la tentación, a la presencia de animales salvajes y al servicio que los ángeles brindaron a Jesús.
Una característica inusual de la escena con la que comienza el Evangelio de Marcos es la presentación de Jesús como un personaje divino y humano a la vez. Como divino, él es el Cristo, el Mesías (Mar. 1:1) anunciado por un mensajero (Mar. 1:2, 3), alguien más poderoso que Juan (Mar. 1:7), el Hijo amado sobre quien el Espíritu desciende (Mar. 1:10, 11). Pero vemos lo siguiente acerca de su dimensión humana: es bautizado por Juan (no a la inversa, Mar. 1:9), es impulsado por el Espíritu (Mar. 1:12), es tentado por Satanás (Mar. 1:13), está con animales salvajes (Mar. 1:13) y es atendido por ángeles (Mar. 1:13).
¿Por qué estos contrastes? Esto apunta a la asombrosa realidad de Cristo, nuestro Señor y Salvador, nuestro Dios y, sin embargo, también un ser humano, nuestro Hermano y Ejemplo. ¿Podríamos abarcar completamente esta idea con nuestra mente? No es posible. Pero es algo que aceptamos por fe y nos maravillamos por lo que esta verdad nos revela acerca del amor de Dios hacia la humanidad.
¿Qué nos dice acerca del asombroso amor de Dios el hecho de que, aunque Jesús es Dios, estuvo dispuesto a asumir nuestra humanidad a fin de salvarnos?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Nahum 2.