EL DÍA DE LA EXPIACIÓN | Jueves 3 de mayo Lección 5
El libro de hebreos nos enseña que el servicio del Santuario terrenal hebreo era un modelo del santuario celestial, al que Cristo inauguró cuando entró en él como nuestro Sumo Sacerdote. El servicio terrenal, con sus dos compartimentos y sus rituales de sacrificio y de purificación, era «figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo (Heb.8:5).
En el ritual del Santuario terrenal, se desarrollaba un ministerio en los dos compartimentos, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, y del mismo modo, se desarrolla el ministerio de Cristo en el Santuario celestial. En el Santuario terrenal, el concepto de juicio era representado el Día de la Expiación, cuyo resultado era la purificación del Santuario, según se describe en Levítico 16. Este era el único momento del año en que el sumo sacerdote entraba en el segundo compartimento, el Lugar Santísimo (Lev.16:12-14) para hacer una obra de purificación y expiación en favor del pueblo.
Lee Hebreos 9:20 al 23. ¿Qué necesita ser purificado y limpiado, y por qué esto es una clara referencia al ministerio de Cristo del Día de la Expiación?
Los eruditos se han sorprendido por la afirmación de que el Santuario celestial en si necesitaba ser limpiado o «purificado». Sin embargo, una vez que esto se entiende como una referencia al Día de la Expiación, el problema desaparece. Hebreos 9:23 muestra que la obra que Cristo hace en el Santuario celestial es la verdadera expresión de lo que el sumo sacerdote terrenal hacía en el servicio anual de la Expiación en el Santuario israelita. El ministerio del sacerdote terrenal en la purificación del Santuario terrenal prefiguraba la obra que algún día Cristo realizaría en el cielo. El versículo no dice que esta
purificación celestial tuvo lugar inmediatamente después de la ascensión de Cristo. A partir del estudio del libro de Daniel, podemos ver que esta fase del ministerio comenzó en el año 1844. Así que, como cristianos que enfrentamos los últimos días, debemos entender la solemnidad de la época en la que estamos, pero además podemos descansar en la seguridad de lo que Cristo ha hecho por nosotros en el pasado y lo que está haciendo por nosotros ahora en el Lugar Santísimo del Santuario celestial.
El mensaje del primer ángel declara: Temed a DIOS, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado (apoc.14:7). La realidad del juicio apunta a la proximidad del fin. ¿De qué manera esta realidad debería afectar la forma en que vivimos?.
Reavivados por su palabra: Hoy, hechos 9 – Durante esta semana, DGT caps. 28-29.