EL MENSAJE DE CRISTO PARA SARDIS | Lección 3 Martes 15 de enero
Sardis tenía una historia gloriosa. Pero en el período romano la ciudad había perdido prestigio. Si bien la ciudad todavía disfrutaba de riquezas, su gloria estaba arraigada en su historia pasada más que en la realidad presente. La antigua ciudad había estado construida en la cima de una colina empinada y era inaccesible. Como los ciudadanos se sentían tan seguros, no ponían atención a la custodia de los muros de la ciudad.
Lee Apocalipsis 3:1 al 6; Mateo 24:42 al 44; y 1 Tesalonicenses 5:1 al 8. ¿Qué tres cosas exhorta a hacer Jesús a los cristianos de Sardis para sanar su condición espiritual? La advertencia de Jesús de “velar” ¿cómo se conecta con la historia de la ciudad?
Si bien Jesús reconoce que algunos cristianos de Sardis son fieles, en su mayoría están espiritualmente muertos. No se acusa a la iglesia de ningún pecado abierto ni de apostasía (como las de Pérgamo y Tiatira), sino de letargo espiritual.
El mensaje a la iglesia de Sardis se aplica proféticamente a la situación espiritual de los protestantes en el período posterior a la Reforma, aproximadamente entre 1565 y 1740, a medida que la iglesia caía en un formalismo inerte y en un estado de complacencia espiritual. Bajo el impacto de la creciente ola de racionalismo y secularismo, el énfasis en la gracia salvadora del evangelio y el compromiso con Cristo disminuyó, dando lugar a argumentos filosóficos áridos y dogmáticos. La iglesia de este período, aunque parecía estar viva, estaba espiritualmente muerta.
La carta también se aplica a todas las generaciones de cristianos. Hay cristianos que siempre hablan en términos gloriosos de su antigua fidelidad hacia Cristo. Lamentablemente, estos no tienen mucho para compartir sobre su experiencia actual con Cristo. Su religión es nominal, carecen de la verdadera religión del corazón y de un auténtico compromiso con el evangelio.
Teniendo siempre presente la gran verdad de la salvación solo por la fe en Cristo, ¿en qué sentido podríamos decir que nuestras obras no han sido halladas “perfectas” delante Dios? ¿Qué significa eso, y cómo podemos “perfeccionar” nuestras obras delante de él? Ver Mateo 5:44 al 48.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Levítico 4 – Durante esta semana, HAP cap. 4.