EL PARTIMIENTO DEL PAN Y LA ORACIÓN | Lección 11 Jueves 13 de diciembre
Más allá de los desafíos que enfrentaron los miembros de la iglesia primitiva, estaban unidos en su fe común en Jesús y en la verdad que se les había confiado para esparcirla al mundo. Es lo que Pedro incluso llamó “verdad presente” (2 Ped. 1:12). Y así, unidos en la verdad, expresaron su unidad de varias maneras.
“Y perseveraban […] en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hech. 2:42). Esta referencia al partimiento del pan probablemente se refiera a una comida de confraternidad o a las comidas regulares que compartían entre los creyentes. En algún momento durante una comida de confraternidad, alguien ofrecería una bendición especial sobre el pan y la bebida en memoria
de la muerte y la resurrección de Jesús, a la espera de su pronto regreso. Los primeros cristianos dedicaban tiempo a recordar el significado de la vida y el ministerio de Jesús, y les encantaba hablar de ello en las comidas de confraternidad. Las comidas que compartían se convirtieron en momentos de adoración. “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo
el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hech. 2:46, 47). Sin duda, este tiempo de confraternidad ayudó mucho a fortalecer el sentido de unidad que tenían en Jesús.
¿Qué ejemplos tenemos, en el libro de Hechos, de los primeros cristianos que oraban juntos? ¿Por qué oraban?
1:14
4:23-31
12:12
La iglesia primitiva apreciaba la oportunidad de comunicarse directamente con Dios y nunca dejaba de elevar sus peticiones cuando se reunía en adoración. Pablo, en su primera Epístola a Timoteo, menciona la importancia de la oración cuando los cristianos se reúnen (1 Tim. 2:1). A los
efesios, también les recalcó la necesidad de la oración: “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio
del evangelio” (Efe. 6:18, 19).
¿De qué forma podemos experimentar una unidad más profunda mediante el poder de la oración intercesora por causas comunes? ¿De qué manera esta oración nos ayuda a unirnos como iglesia?