EL RICO Y EL LAZARO | LECCIÓN 8 MIÉRCOLES 21 DE AGOSTO
En la parábola del rico y Lázaro (ver Luc. 16:19-31), Jesús contrasta la vida de dos hombres: uno rico y otro desesperadamente pobre. A falta de asistencia social, hospitales comunitarios o comedores populares, la práctica común era que los necesitados, discapacitados o desamparados mendigaran fuera de los hogares de los ricos. Se esperaba que los ricos fueran generosos
al compartir un poco de su riqueza para aliviar el sufrimiento. Pero en esta historia, el joven rico “revelaba una egoísta indiferencia a las necesidades de su hermano doliente” (PVGM 205). En vida, las respectivas circunstancias de ambos personajes siguieron iguales; pero al morir, a juzgar por Dios, sus posiciones se invirtieron dramáticamente.
Compara Lucas 16:19 al 31 con Lucas 12:13 al 21. ¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre estas dos historias, y qué nos enseñan en conjunto?
No hay evidencias en ninguna de estas historias de que los hombres se hayan enriquecido haciendo algo malo. Quizá ambos trabajaron mucho, se con cuidado y Dios los bendijo. Pero parece que algo salió mal en sus actitudes hacia la vida, Dios, el dinero y los demás, y esto tuvo
un costo sustancial y eterno.
Partiendo de la imaginería popular de la vida en el más allá que existía en la época de Jesús, la historia del hombre rico y Lázaro enseña que las decisiones que tomamos en esta vida son importantes para la próxima. La forma en que respondemos a aquellos que buscan o necesitan nuestra ayuda es una manera de demostrar cuáles son nuestras decisiones y prioridades.
Como “Abraham” le recuerda al aquejado hombre rico, la Biblia brinda una orientación más que adecuada para tomar la mejor decisión: “A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos” (Luc. 16:29).
Jesús enseñó que las tentaciones de la riqueza (tenerla, conservarla o amasarla) pueden alejarnos de su Reino y de los demás y acercarnos al egocentrismo y la autosuficiencia. Jesús nos llamó a buscar su Reino en primer lugar, y a compartir las bendiciones que recibimos con los que nos
rodean, especialmente con los necesitados.
Sea cual fuere tu situación económica, ¿qué puedes hacer para evitar que el dinero,
o el amor al dinero, distorsione tu perspectiva del énfasis que deberían demostrar
los cristianos en la vida?
Reavivados por su palabra:Hoy,1 Reyes 22-Durante esta semana,HAP,caps.54,55.