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EL SÁBADO | Lección 08 Miércoles 21 de noviembre

noviembre 21, 2018

EL SÁBADO | Lección 08 Miércoles 21 de noviembre

Otra enseñanza bíblica crucial en la que creen los adventistas del séptimo día y la defienden es el día de reposo sabático. Esta es una doctrina clave que aporta unidad y comunión mutua. Es una creencia que, salvo raras excepciones en el mundo cristiano, solo nosotros observamos.
El sábado es un regalo de Dios para la humanidad desde la semana de la Creación (Gén. 2:1-3). En la Creación, tres actos divinos distintivos establecieron el sábado: (1) Dios descansó el sábado, (2) bendijo el día de reposo y (3) lo santificó. Estos tres actos instituyeron el sábado como el regalo especial de Dios, que le permitiría a la raza humana experimentar la realidad del cielo en la Tierra y proclamar la Creación de Dios en seis días. Un rabino famoso, Abraham Joshua Heschel, calificó el sábado como “un palacio en el tiempo”, un día santo cuando Dios se reúne con su pueblo de una manera especial.

¿Qué enseñan los siguientes pasajes sobre el significado del sábado para la humanidad? Éxo. 20:8-11; Deuteronomio 5:12-15; Ezequiel 20:12, 20.

 

En nuestro deseo de seguir el ejemplo de Jesús (Luc. 4:16), los adventistas del séptimo día guardamos el sábado. La participación de Jesús en los cultos del sábado revela que lo aceptaba como un día de descanso y adoración.
Algunos de sus milagros los realizó en sábado para enseñar la dimensión de la curación, tanto física como espiritual, que proviene de la celebración del sábado (ver Luc. 13:10-17). Los apóstoles y los primeros cristianos entendían que Jesús no había abolido el sábado; ellos también lo guardaban y asistían a los cultos ese día (Hech. 13:14, 42, 44; 16:13; 17:2; 18:4).
Otra hermosa dimensión del sábado es que es una señal de nuestra liberación del pecado. El sábado es el monumento conmemorativo de la salvación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto por parte de Dios y del descanso prometido en la tierra de Canaán (Deut. 5:12-15). A pesar del fracaso de Israel para entrar plenamente en este reposo debido a su reiterada desobediencia e idolatría, Dios todavía promete que “queda un reposo para el pueblo de Dios” (Heb. 4:9). Todo el que desee entrar en ese reposo puede hacerlo mediante la fe en la salvación que Jesús ofrece. La observancia del sábado simboliza este descanso espiritual en Cristo y el hecho de que confiamos solo en sus méritos, y no en las obras, para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna (ver Heb. 4:10; Mat. 11:28-30.)

¿De qué manera tangible te ha ayudado el sábado a experimentar la unidad y la comunión que Cristo desea para su pueblo?