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EL SÁBADO Y LA TEORIA DE LA EVOLUCIÓN | Miércoles 30 de mayo Lección 9

mayo 30, 2018

EL SÁBADO Y LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN | Miércoles 30 de mayo Lección 9

Si bien Satanás tuvo mucho éxito en engañar al mundo con la inmortalidad del alma, ha tenido igual o mayor éxito en usurpar el sábado bíblico con el domingo (ver lecciones 6 y 8).
En los últimos años, el diablo ha inventado otro engaño que disminuye la influencia del día de reposo sabático en la mente de la gente: la Teoría de la Evolución.

 

Lee Génesis 1 al 2:3. ¿Qué nos enseña este pasaje acerca de cómo el Señor creó nuestro mundo y cuánto tiempo le llevó hacerlo?

 

Incluso una lectura sumamente amplia de estos versículos revela dos aspectos del relata bíblico de la Creación. En primer lugar, todo estaba planificado y calculado; no hubo nada que fuese al azar, arbitrario, o por casualidad. La Escritura no deja margen para el azar en el proceso de la Creación.
En segunda lugar, los versículos revelan inequívocamente que cada criatura fue hecha según su especie. Es decir, cada criatura fue hecha en forma independiente y diferenciada de las demás. La Biblia no enseña nada acerca de un origen natural común (tal como de una célula primitiva simple) para toda la vida en la Tierra.
Incluso desde una interpretación no literal de Génesis, estos dos aspectos son obvios: nada fue al azar en el acto de la Creación, y no hubo un ancestro natural común para todas las especies.
Ahora aparece la evolución darwiniana, que en sus diversas formas enseña dos cosas: el azar y un ancestro natural común para todas las especies.
¿Por qué entonces hay tantos que interpretan Génesis a través de la lente de una teoría que, en su nivel más básico, contradice el Génesis en su nivel más básico? De hecho, el error de la Evolución no solo se llevó consigo a millones de personas seculares: muchos cristianos profesos también creen que pueden armonizarla con su fe cristiana, a pesar de las flagrantes contradicciones que acabamos de mencionar.
Sin embargo, las implicaciones de la evolución en el contexto de los acontecimientos finales hacen que el peligro del engaño sea aún más evidente.
¿Por qué tomarse en serio un día, el sábado, como un monumento, no para una Creación de seis días, sino para una Creación que tomó unos tres mil millones de años (la última fecha que la vida supuestamente comenzó en la Tierra)? La Evolución despoja al séptimo día de su verdadera importancia porque convierte los seis días de la Creación en nada más que un mito similar al que dice que Rómulo y Remo fueron alimentados por una loba. Además, al creer que la Creación requirió miles de millones de años en vez de seis días, realmente, ¿Quién correría el riesgo de la persecución, o la muerte, por defender el sábado en vez del domingo?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Romanos 8 – Durante esta semana, DTG caps 34-35.