EL ÚLTIMO GRAN ENGAÑO DE SATANÁS | Miércoles 13 de marzo Lección 11
Apocalipsis 16:12 nos dice que el propósito del secamiento del Éufrates es preparar el camino para “los reyes del oriente”. En el Antiguo Testamento, “los reyes del oriente” eran Ciro y sus fuerzas que venían del norte, y luego se dirigieron a Babilonia desde el este (Isa. 41:25). Su conquista de Babilonia posibilitó el regreso del pueblo de Dios a su patria (Isa. 44:27, 28). De la misma
manera, el secamiento simbólico del Éufrates prepara el camino para la venida de los reyes del oriente a fin de ofrecer liberación al pueblo de Dios del tiempo del fin.
Los reyes del oriente de Apocalipsis 16:12 son Cristo y su ejército de ángeles celestiales. En su segunda venida, Jesús se presentará con su hueste angelical vestida “de lino finísimo, blanco y limpio” (Apoc. 19:14), que es la vestimenta de los ángeles sin pecado (Apoc. 15:6). Acompañado por la hueste celestial, como muestra Apocalipsis 17:14, Cristo vencerá a las fuerzas satánicas que oprimen a su pueblo (cf. Mat. 24:30, 31). El conflicto contra el pueblo de Dios antes de la Segunda Venida se conoce como la batalla de Armagedón.
Lee Apocalipsis 16:13 y 14. ¿Cuál es el papel de los tres espíritus inmundos en preparación para la batalla de Armagedón? ¿En qué sentido son una falsificación satánica del mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14? (Ver 1 Tim. 4:1.)
Mediante los acontecimientos finales que conducen al fin del tiempo de gracia, cada ser humano será llevado a decidir en cuál de los dos bandos se colocará en la batalla de Armagedón. Como preludio de esta guerra espiritual, Juan ve a tres espíritus demoníacos semejantes a ranas. El último intento de Satanás de engañar involucra a espíritus demoníacos y mentirosos.
El dragón (el paganismo y el espiritismo), la bestia que sube del mar (el catolicismo romano) y el falso profeta (el protestantismo apóstata) se unen bajo las órdenes de Satanás (ver Apoc. 13:11, 12). Satanás les permite realizar señales milagrosas que apuntan a las actividades de la bestia semejante a un cordero (ver Apoc. 13:13-17), que incluye el espiritismo. Las señales milagrosas
son parte de la estrategia engañosa de Satanás para persuadir al mundo de seguirlo a él en vez de al Dios verdadero.
Cegados por su odio hacia Dios y su verdad, los líderes del mundo creen fácilmente en las mentiras de Satanás, que están envueltas en un atractivo disfraz religioso (2 Tes. 2:9-12). Por último, se unirán en la batalla final que conduce al fin de este mundo.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Numeros 35– Durante esta semana, HAp cap. 16.