JESÚS ORA POR SÍ MISMO | Lección 03 Domingo 14 de octubre
La oración sumo sacerdotal se divide en tres partes. En primer lugar, Jesús ora por sí mismo (Juan 17:1-5), luego por sus discípulos (Juan 17:6-19) y finalmente por quienes más adelante creerían en él (Juan 17:20-26).
Lee Juan 17:1 al 5. ¿Cuál es la esencia de su oración y qué significa para nosotros?
Jesús intercede primero por sí mismo. En acontecimientos anteriores del Evangelio de Juan, Jesús indicó que aún no había llegado su hora (Juan 2:4; 7:30; 8:20). Pero ahora sabe que llegó la hora de su sacrificio. Ha llegado el momento de la conclusión dramática de su vida terrenal, y él necesita fuerzas para culminar su misión. Es tiempo de orar.
Jesús glorificará a su Padre haciendo su voluntad, incluso si eso significa que deba soportar la Cruz. Su aceptación de la Cruz no es una especie de fatalismo; de hecho, es más bien la manera en que ejerce la autoridad que el Padre le ha dado. Él no murió como mártir, sino que glorificó voluntariamente a su Padre al cumplir la razón de su encarnación: su muerte sacrificial en la Cruz por los pecados del mundo.
¿Qué es la vida eterna según Juan 17:3? ¿Qué significa conocer a Dios?
Ante todo, Jesús nos dice que la vida eterna consiste en conocer personalmente a Dios. Esto no es salvación por obras ni por conocimiento, sino que es la experiencia de conocer al Señor por lo que Jesús ha hecho por nosotros en la Cruz. Este conocimiento se canaliza a través de una relación personal con el Padre. Nuestra tendencia humana es limitar el conocimiento a hechos y detalles, pero aquí Jesús apunta a algo más profundo y satisfactorio: una relación personal con Dios. El primer advenimiento de Jesús también tuvo el propósito de guiar a la humanidad en su búsqueda de un conocimiento más significativo y salvífico de Dios, y de la unidad mutua a la que conducirá ese conocimiento.
¿Cuál es la diferencia entre conocer a Dios y conocer a Dios personalmente? ¿Qué experiencias has tenido que te hayan ayudado a conocer a Dios?