LA APERTURA DEL PRIMER SELLO | Lección 5 Domingo 27 de enero
Lee Apocalipsis 6:1 al 8; Levítico 26:21 al 26; y Mateo 24:1 al 14. Observa las palabras clave comunes de estos pasajes. ¿Qué descubres acerca del significado de los primeros cuatro sellos sobre la base de estos paralelismos?
Los sucesos de los siete sellos deben entenderse en el contexto de las maldiciones del Pacto del Antiguo Testamento, especificadas en términos de espada, hambre, pestilencia y bestias salvajes (Lev. 26:21-26). Ezequiel los llama los “cuatro juicios terribles” de Dios (Eze. 14:21). Eran los juicios disciplinarios por los que Dios, tratando de despertar a su pueblo de su condición espiritual, lo castigaba cuando este era infiel al Pacto. De forma análoga, los cuatro jinetes son los medios que Dios utiliza para mantener a su pueblo despierto mientras espera el regreso de Jesús.
También hay un estrecho paralelismo entre los primeros cuatro sellos y Mateo 24:4 al 14, donde Jesús explicó lo que sucedería en el mundo. Los cuatro jinetes son el medio por el cual Dios mantiene a su pueblo en el camino correcto al recordarle que este mundo, tal como existe actualmente, no es su hogar.
Aunque es simbólico, Apocalipsis 6:1 y 2 también trata de la conquista.
Nos trae a la memoria Apocalipsis 19:11 al 16, que describe a Cristo montado en un caballo blanco que conduce a sus ejércitos celestiales para librar a su pueblo en la Segunda Venida. Como símbolo de pureza, el color blanco generalmente se relaciona con Cristo y sus seguidores. El jinete sobre el caballo sostiene un arco y se le da una corona (Apoc. 6:2), que evoca la imagen de Dios en el Antiguo Testamento montado sobre un caballo con un arco en la mano mientras conquista a los enemigos de su pueblo (Hab. 3:8-13; Sal. 45:4, 5). La palabra griega para la corona (Apoc. 6:2) usada por el jinete es stephanos, que es la corona de la victoria (Apoc. 2:10; 3:11). Este jinete es un conquistador que va en busca de la victoria y la obtiene.
La escena del primer sello describe la difusión del evangelio que comenzó poderosamente en Pentecostés, mediante el cual Cristo comenzó a expandir su Reino. Había, y aún hay, muchos territorios para conquistar y muchas personas que ganar para Jesús, hasta concretar la conquista final con la venida de Cristo en gloria.
Proféticamente, la escena del primer sello corresponde al mensaje a la iglesia de Éfeso, que describe el período apostólico del siglo I, en el que el evangelio se extendió rápidamente por todo el mundo (Col. 1:23).
¿Por qué debemos recordar siempre que, en Cristo, estamos del lado ganador, independientemente de las circunstancias inmediatas que nos rodeen?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Levítico 17– Durante esta semana, HAP cap. 6.