LA APERTURA DEL QUINTO SELLO | Miércoles 30 de enero Lección 5
Lee Apocalipsis 6:9 y 10. ¿Qué ocurre aquí?
La palabra alma, en la Biblia, denota a la persona integral (Gén. 2:7). Aquí se describe el martirio de los fieles y perseguidos de Dios en términos de la sangre sacrificial derramada en la base del altar del sacrificio del Santuario terrenal (Éxo. 29:12; Lev. 4:7). El pueblo de Dios ha sufrido injusticias y muerte por su fidelidad al evangelio; clama a Dios, pidiéndole que intervenga y que
lo reivindique. Estos pasajes se refieren a la injusticia cometida aquí en la Tierra; no dicen nada sobre el estado de los muertos. A fin de cuentas, estas personas no parecen estar disfrutando de la dicha del cielo.
Lee Apocalipsis 6:11; Deuteronomio 32:43; y Salmo 79:10. ¿Cuál fue la respuesta del Cielo a las oraciones del martirizado pueblo de Dios?
A los santos mártires se les dieron túnicas blancas, que representan la justicia de Cristo, lo que da lugar a su vindicación: el don de Dios para los que aceptan el ofrecimiento de la gracia (Apoc. 3:5; 19:8). Luego se les dijo que tendrían que descansar hasta completar el número de sus hermanos
que pasarían por una experiencia similar. Es importante notar que el texto griego de Apocalipsis 6:11 no tiene la palabra número. El Apocalipsis no habla de un número de santos martirizados para alcanzar antes de la venida de Cristo, sino de la integridad de su carácter. El pueblo de Dios se completa con la túnica de la justicia de Cristo, no con méritos propios (Apoc. 7:9, 10).
Los santos mártires no resucitarán ni serán vindicados hasta la segunda venida de Cristo y el comienzo del milenio (Apoc. 20:4). La escena del quinto sello se aplica históricamente a los períodos previo y posterior a la Reforma, en los que millones fueron martirizados debido
a su fidelidad (Mat. 24:21). También nos recuerda la experiencia del pueblo de Dios que padeció a lo largo de la historia, desde los días de Abel (Gén. 4:10) hasta el momento en que Dios finalmente vengará “la sangre de sus siervos” (Apoc. 19:2).
“¿Hasta cuándo, Señor?” ha sido el clamor del pueblo de Dios atribulado a lo largo de la historia. ¿Quién no ha luchado nunca contra la falta de justicia en esta vida? ¿Qué consuelo encuentras en la escena del quinto sello, sabiendo que algún día se hará justicia?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Levítico 20– Durante esta semana, HAP cap. 6.