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LA BESTIA QUE SUBE DEL MAR | Lección 9 Domingo 24 de febrero

febrero 24, 2019

LA BESTIA QUE SUBE DEL MAR | Lección 9 Domingo 24 de febrero

Lee Apocalipsis 13:1 al 4, 8; y 17:8. ¿Cuáles son las características de esta bestia y cuáles son las fases de su existencia?

Juan observa que una bestia monstruosa surge del mar. Si bien una bestia representa un poder político, la descripción de la bestia que sube del mar apunta a un poder político cuya característica dominante es la religión.
El mar simboliza los lugares ampliamente poblados de Europa de los que surge la bestia después de la caída del Imperio Romano (ver Apoc. 17:15).
Juan describe a la bestia a medida que emerge del agua. La bestia tiene siete cabezas y diez cuernos, lo mismo que el dragón de Apocalipsis 12:3 y 4, lo que muestra la estrecha relación con la Roma pagana. Sobre las cabezas de la bestia hay un nombre blasfemo, y sobre los cuernos hay coronas reales.
Las cabezas de la bestia son los reinos que Satanás utilizó para perseguir al pueblo de Dios a lo largo de la historia (ver Apoc. 17:9-11). El nombre blasfemo indica el título divino que se atribuye la bestia. Los diez cuernos señalan a Daniel 7:24, y simbolizan las naciones que surgieron del Imperio Romano después de su desaparición. Estas características de la bestia que sube del
mar señalan al Papado, que surgió del Imperio Romano.
La bestia que sube del agua se asemeja a un leopardo con pies de oso y boca de león. Como tal, la bestia combina las características de las cuatro bestias (imperios) de Daniel 7:2 al 7: Babilonia, Medopersia, Grecia y Roma.
Sin embargo, Juan las enumera en orden inverso, el cual desde su perspectiva del siglo I muestra que la bestia que sube del mar tiene relación con la cuarta bestia de Daniel 7, el Imperio Romano.
El dragón (el Imperio Romano pagano empoderado por Satanás) le dio su poder, su trono y gran autoridad a la bestia. Así como el Padre le ha dado su Trono y su autoridad a Cristo (Apoc. 2:27), así también Satanás inviste a la bestia como su corregente y representante en la Tierra.
Apocalipsis 13:5 al 7 declara que el período de las actividades persecutorias de la bestia a lo largo de la historia cristiana son los 42 “meses”. Como hemos visto, la persecución de la mujer pura duró “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”; es decir 3 ½ “tiempos”, o años proféticos (Apoc.
12:13, 14; cf. Dan. 7:25). Cuarenta y dos “meses” proféticos equivalen a 30 días multiplicados por 42, o 1.260 días/años (Apoc. 12:6). Por lo tanto, “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”, 42 “meses” y 1.260 “días” se refieren al mismo período de 1.260 años. Esta fase termina cuando una de las cabezas de la bestia recibe una herida mortal que causa la muerte temporal de la
bestia. Con la curación de la herida, la bestia vuelve a vivir. Esto hace que el mundo se admire y adore al dragón y a la bestia.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Numeros 18– Durante esta semana, HAp cap. 13,14.