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LA CRIANZA COMO FORMADORA DE DISCÍPULOS | Lección 8 Miércoles 22 de mayo

mayo 21, 2019

LA CRIANZA COMO FORMADORA DE DISCÍPULOS | Lección 8  Miércoles 22 de mayo

 

Lee Génesis 18:18 y 19; y 1 Samuel 3:10 al 14. Contrasta a estos dos padres. ¿Cuáles fueron los resultados de sus estilos parentales?

Los padres tienen la responsabilidad de formar a sus hijos como discípulos de Jesús. Hay padres que creen que la forma de enseñar y corregir a sus hijos es mediante la aplicación de castigos físicos: cuantos más, mejor (Prov. 22:15; 23:13; 29:15). Pasajes como estos han sido mal utilizados para abusar de los niños y obligarlos a la sumisión total, pero a menudo eso también ha llevado a que estos se rebelen contra sus padres y contra Dios.
La Biblia enseña a los padres a gobernar con bondad (Efe. 6:4; Col. 3:21) y a instruir a los hijos en justicia (Sal. 78:5; Prov. 22: 6; Isa. 38:19; Joel 1:3). Como padres, debemos velar por nuestros hijos (2 Cor. 12:14) y darles un buen ejemplo para que lo sigan (Gén. 18:19; Éxo. 13:8; Tito 2:2). Se nos dice que gobernemos bien nuestros hogares (1 Tim. 3:4, 5, 12) y que disciplinemos a nuestros hijos (Prov. 29:15, 17), mientras al mismo tiempo debemos reflejar el amor de Dios (Isa. 66:13; Sal. 103:13; Luc. 11:11).

Lamentablemente, la Biblia revela historias de padres que se equivocaron. Isaac y Rebeca jugaron al favoritismo con sus hijos, Esaú y Jacob (Gén.25:28), y más adelante Jacob mostró la misma actitud con José (Gén. 37:3). Elí, a pesar de ser un líder religioso, no corrigió a sus hijos (1 Sam. 3:10-14). Samuel, que también fue criado por Elí, resultó ser un padre muy defectuoso (1 Sam.8:1-6). El rey David, al cometer adulterio y encargar un asesinato, enseñó esto a sus hijos, quienes siguieron su ejemplo. El rey Manasés sacrificó a sus hijos a los demonios (2 Rey. 21:1-9), al igual que el rey Acaz (2 Rey. 16:2-4). Sin embargo, afortunadamente, en las Escrituras también encontramos algunos buenos ejemplos parentales. Mardoqueo fue un maravilloso padre adoptivo para Hadasa, la reina Ester (Est. 2:7), y Job oraba por sus hijos habitualmente (Job 1:4, 5). En todos estos ejemplos, buenos y malos, podemos extraer lecciones acerca de la crianza de los hijos.

¿Qué podemos aprender de los ejemplos parentales que vemos en la Biblia? ¿De qué manera podemos usar algunos de estos principios en nuestras interacciones con quienes no son hijos nuestros?

Reavivados por su palabra: Hoy,Jueces 11-Durante esta semana, HAP cap.30.