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LA DEIDAD | Mi茅rcoles 2 de enero Lecci贸n 1

enero 6, 2019

LA DEIDAD | Miércoles 2 de enero Lección 1

Apocalipsis comienza con un saludo similar al que encontramos en las cartas de Pablo. Evidentemente, el libro fue enviado como una carta a las siete iglesias de Asia Menor en los días de Juan (ver Apoc. 1:11). Sin embargo, Apocalipsis no fue escrito para ellas solamente , sino para todas las generaciones de cristianos a lo largo de la historia.

Lee Apocalipsis 1:4 y 5; y Romanos 1:7. ¿Qué saludo común se encuentra en ambos pasajes, y de quién es el saludo?

Ambos textos ofrecen un saludo epistolar: “Gracia y paz a vosotros”. Esta frase consta del saludo griego charis (“gracia”) y el saludo hebreo shalom (“paz”, “bienestar”). Como podemos ver en estos versículos, los dadores de la gracia y la paz son las tres personas de la Deidad.
Dios el Padre se identifica como “el que es y que era y que ha de venir” (ver Apoc. 1:8; 4:8). Esto alude al nombre divino Yahvéh, “YO SOY EL QUE SOY” (Éxo. 3:14), que se refiere a la existencia eterna de Dios.
El Espíritu Santo se menciona como “los siete espíritus” (cf. Apoc. 4:5; 5:6). Siete es un número de plenitud. “Los siete espíritus” significa que el Espíritu Santo está activo en cada una de las siete iglesias. Esta imagen se refiere a la omnipresencia del Espíritu Santo y a su obra constante entre el pueblo de Dios a lo largo de la historia, que le permite a este cumplir con su llamado.
Tres títulos identifican a Jesucristo: “El testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra” (Apoc. 1:5). Se refieren a su muerte en la Cruz, a su resurrección y a su reinado en el cielo. Luego Juan especifica lo que hizo Jesús: “Al que nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre” (Apoc. 1:5, 6, NVI).
La frase “nos ama”, del griego original, se refiere al amor constante de Cristo, que abarca el pasado, el presente y el futuro. El que nos ama nos ha librado de nuestros pecados con su sangre. En griego, el verbo “librado” se refiere a un acto acabado en el pasado: cuando Jesús murió en la Cruz, proveyó una expiación perfecta y completa por nuestros pecados.

Efesios 2:6 y Filipenses 3:20 describen a los redimidos como a quienes Dios resucitó e hizo sentar con Jesús en los lugares celestiales. ¿Qué podría significar eso, y cómo disfrutamos actualmente de este estatus glorioso en Cristo como “reyes y sacerdotes” (Apoc. 1:6) mientras aún estamos en este mundo maldito de pecado? Este hecho ¿cómo debería afectar nuestra manera de vivir?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 32 – Durante esta semana, HAP caps. 1,2.