LA ENSEÑANZA Y LA CAMARADERÍA | Domingo 15 de julio Lección 3
Después del Pentecostés, Lucas modifica la narración enfocándola en una descripción general de la vida interna de la iglesia de Jerusalén. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones (Hech.2:42). Los cuatro puntos señalados parecen resumirse básicamente en la enseñanza y la camaradería.
Según el versículo 46, la enseñanza se llevaba a cabo en el Templo mientras que la camaradería se realizaba en las casas particulares.
El atrio del Templo estaba rodeado de porches techados que a menudo se usaban para la instrucción rabínica. El hecho de que los creyentes se hayan dedicado a aprender de los apóstoles muestra que el don del Espíritu no los condujo a una religión contemplativa, sino a un intenso proceso de aprendizaje bajo la conducción de los apóstoles, cuya enseñanza autorizada era autenticada por maravillas y señales (Hech.2:43).
La comunión espiritual era otra marca distintiva de la piedad cristiana primitiva. Los creyentes estaban constantemente juntos, no solo en el Templo, sino también en sus hogares, donde compartían las comidas, celebraban la Santa Cena y oraban (Hech.2:42,46). Con esas celebraciones diarias, los cristianos primitivos expresaban su esperanza en el pronto regreso de Jesús, cuando su comunión con ellos sería restaurada en el reino mesiánico (Mat.26:29).
Los hogares particulares desempeñaron un papel clave en la vida de la iglesia primitiva. Los creyentes todavía asistían a las ceremonias diarias del Templo (Hech.3:1), y los sábados probablemente estaban en las sinagogas con sus hermanos judíos (Sant.2:2), pero los elementos distintivos de la devoción cristiana se llevaban a cabo en los hogares.
Lee Hechos 2:44 y 45; 4:34 y 35. ¿Qué aspecto importante existía en la hermandad cristiana primitiva?
Como creían que el fin estaba cerca, decidieron que sus posesiones materiales (su propiedad privada, para usar una expresión más actualizada), ya no eran tan importantes. Por lo tanto, les pareció apropiado hacer uso común de sus recursos materiales. No había motivo para preocuparse por el mañana, ya que el Mesías mismo proveería para sus necesidades en el reino mesiánico (Luc.22:29,30). Este uso compartido les permitió un sentido más profundo de unidad, además de llegar a ser un extraordinario ejemplo de generosidad cristiana.
¿Cuán generoso eres con lo que has recibido del Señor?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Efesios 3 – Durante esta semana. 49.50.