LA GUERRA EN LA TIERRA | Martes 19 de febrero Lección 8
Lee Apocalipsis 12:13 y 14. Habiendo sido excluido del cielo, Satanás continúa su ataque a la iglesia durante los 1.260 días/años proféticos. ¿Cómo se involucró Dios con la iglesia durante ese período?
“La expulsión del cielo de Satanás como acusador de sus hermanos fue llevada a cabo por la gran obra de Cristo al dar su vida. El plan de redención siguió adelante a pesar de la persistente oposición de Satanás. […] Como Satanás sabía que el imperio que había usurpado al fin le sería arrebatado, resolvió no ahorrar esfuerzos para destruir al mayor número posible de
las criaturas que Dios había hecho a su imagen. Odiaba al hombre porque Cristo había manifestado por él tal amor perdonador y tal compasión, y se preparó ahora para hacerlo objeto de toda clase de engaños por los cuales pudiera perderse; se entregó a su obra con más energía debido a que su
propia condición era desesperada” (“Comentarios de Elena G. de White”, CBA 7:985, 986).
Sin duda, Satanás continúa sus actividades en la Tierra al derramar su furia contra el gran objeto del amor de Cristo en la Tierra: la iglesia. Sin embargo, la iglesia encuentra protección divina en lugares agrestes y desolados de la Tierra durante el período profético de 1.260 días/años.
El período de la persecución de Satanás se menciona dos veces en Apocalipsis 12 en términos de 1.260 días/años (Apoc. 12:6) y “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (Apoc. 12:14). Ambos períodos se refieren a la duración de la actividad persecutoria mencionada en Daniel 7:23 al 25. En la Biblia, los días proféticos simbolizan años. El momento histórico que se ajusta a este
período profético es de 538 a 1798 d.C., en el que la Iglesia Católica Romana, con la suma del poder eclesiástico y civil, dominó el mundo occidental hasta 1798, cuando el general napoleónico Berthier le puso fin al poder opresor de Roma, al menos temporalmente.
Durante este largo período de persecución, el dragón vomita de su boca agua como un río para destruir a la mujer. Las aguas representan pueblos y naciones (Apoc. 17:15). Roma envió ejércitos y naciones contra el pueblo fiel de Dios durante este tiempo. Cerca del fin de este período profético, una tierra amiga se traga las aguas y salva a la mujer, brindándole un refugio
seguro. Esta provisión señala el refugio que ofreció Norteamérica con su libertad religiosa.
Piensa en cuánto tiempo duró la persecución aquí: 1.260 años. ¿Qué debería decirnos esto sobre cuán limitados somos para entender por qué las cosas (como la venida de Cristo) parecen demorar tanto, al menos desde nuestra perspectiva?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Numeros 13 – Durante esta semana, HAp cap. 11,12.