LA NUEVA JERUSALÉN | Lección 13 Jueves 28 de marzo
Juan ahora describe la capital de la Tierra Nueva, la Nueva Jerusalén. Si bien es un lugar real habitado por gente real, la Nueva Jerusalén y la vida en ella están más allá de cualquier descripción terrenal (ver 1 Cor. 2:9).
Lee Apocalipsis 21:9 al 21. ¿Cuáles son las características exteriores de la Nueva Jerusalén?
A la Nueva Jerusalén se la conoce como la novia, la esposa del Cordero. La Nueva Jerusalén es el lugar que Cristo está preparando para su pueblo (Juan 14:1-3).
La ciudad está rodeada de un muro alto con doce puertas: tres puertas en cada uno de los cuatro lados, lo que permite la entrada desde cualquier dirección. Esta característica indica el alcance universal de la ciudad. En la Nueva Jerusalén, todos tienen acceso ilimitado a la presencia de Dios.
A la ciudad, además, se la presenta como un cubo perfecto: son 12.000 estadios de largo, de ancho y de alto. El cubo consta de 12 flancos. Por lo tanto, la ciudad tiene un total de 144.000 estadios, que indica a los 144.000 que son transformados sin ver la muerte en la segunda venida de Jesús.
En el Templo del Antiguo Testamento, el Lugar Santísimo era un cubo perfecto (1 Rey. 6:20). Por ende, la Nueva Jerusalén funciona como el centro de adoración a Dios.
Lee Apocalipsis 21:21 a 22:5. ¿Qué características interiores de la ciudad te recuerdan al Jardín del Edén? ¿Cuál es el significado de la promesa de que no habrá más maldición en la ciudad (Apoc. 22:3)?
La característica más destacada de la Nueva Jerusalén es el río de agua de vida que fluye del Trono de Dios (ver Gén. 2:10). En contraste con el río de Babilonia, en el que el pueblo de Dios se sentaba como cautivo anhelando Jerusalén (Sal. 137), a orillas del río de la vida en la Nueva Jerusalén, el errante pueblo de Dios de todas las edades ha encontrado su hogar.
A ambos lados del río está el árbol de la vida, cuyas hojas son para “la sanidad de las naciones” (Apoc. 22:2). Esta sanidad no hace referencia a ninguna enfermedad, ya que en la Tierra Nueva no habrá enfermedad.
Se refiere a la curación de todas las heridas causadas por las barreras que han azotado a la gente a lo largo de la historia. Los redimidos de todas las edades y de todas las naciones ahora pertenecen a una sola familia de Dios.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Deutoronomio 14 – Durante esta semana, HAp cap. 18.