LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO | Lección 08 Lunes 19 de noviembre
Los apóstoles y los primeros cristianos consideraban que el regreso de Cristo era “la esperanza bienaventurada” (Tito 2:13), y esperaban que todas las profecías y las promesas de la Escritura se cumplieran en la segunda
venida de Jesús. Los adventistas del séptimo día aún se mantienen firmes en esta convicción. De hecho, nuestro nombre, “adventista”, lo indica inequívocamente.
Todos los que aman a Cristo esperan con gran ilusión el día en que podrán encontrarse cara a cara con él. Hasta ese día, la promesa de la segunda venida de Cristo ejerce una influencia unificadora sobre nosotros como pueblo de Dios.
¿Qué enseñan los siguientes pasajes sobre cómo será el regreso de Cristo? ¿En qué difiere esto de algunas nociones populares sobre su regreso?
Hech. 1:11
Mat. 24:26, 27
Apoc. 1:7
1 Tes. 4:13-18
Apoc. 19:11-16
La Biblia asegura repetidas veces que Jesús vendrá nuevamente a llevar a su pueblo redimido. No se debería especular con el momento en que ocurrirá este hecho, porque Jesús mismo dijo: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre” (Mat. 24:36). No solo no sabemos cuándo regresará Cristo, sino también se nos dijo que no sabemos.
Al final de su ministerio, Jesús contó la parábola de las diez vírgenes (Mat. 25:1-13) para ilustrar la experiencia de la iglesia mientras espera la Segunda Venida. Los dos grupos de vírgenes representan dos clases de creyentes que profesan esperar a Jesús. Someramente, estos dos grupos parecieran ser iguales; pero cuando se demora la venida de Jesús, la verdadera diferencia entre ellos resulta obvia. Un grupo, había mantenido viva la esperanza y había hecho la preparación espiritual adecuada. Con esta parábola, Jesús quiso enseñarles a sus discípulos que la experiencia cristiana no debe basarse en las emociones ni en el entusiasmo, sino en una confianza constante en la gracia de Dios y la perseverancia en la fe, aun cuando no haya evidencias tangibles del cumplimiento de las promesas de Dios. Jesús nos invita aún hoy a “velar” y estar listos en todo momento para su venida.
Aunque nuestro nombre, “adventista del séptimo día”, testifique de cuán importante es la Segunda Venida para nosotros, ¿cómo podemos, en el ámbito personal, tener siempre presente su realidad? ¿Cómo hacer, a medida que pasan los años, para no cometer el error del que Jesús advirtió en la parábola de las diez vírgenes?