LA UNIDAD PRÁCTICA | Lección 09 Martes 27 de noviembre
En 1902, Elena de White escribió: “Cada cristiano debería ser lo que Cristo fue en su vida en esta Tierra. Él es nuestro Ejemplo, no solamente en su pureza inmaculada, sino también en su paciencia, cortesía y disposición amigable” (ELC 183). Estas palabras nos recuerdan la apelación de Pablo a los Filipenses: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús” (Fil. 2:5).
Lee Efesios 4:25 a 5:2; y Colosenses 3:1 al 17. Luego responde estas dos preguntas: ¿En qué aspectos de nuestra vida en particular se nos invita a mostrar nuestra lealtad a Jesús? ¿Cómo deberíamos ser testigos del evangelio de Jesús en nuestra vida pública?
Hay muchos otros pasajes de las Escrituras que invitan a los cristianos a seguir el ejemplo de Jesús y a ser testimonios vivos de la gracia de Dios para otros. También estamos invitados a buscar el bienestar de los demás (Mat. 7:12), a sobrellevar sus cargas (Gál. 6:2), a llevar una vida sencilla y enfocada en la espiritualidad interior en lugar de la exhibición externa (Mat. 16:24-26;
1 Ped. 3:3, 4) y a adoptar un estilo de vida saludable (1 Cor. 10:31).
“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” (1 Ped. 2:11, 12). ¿Con cuánta frecuencia
subestimamos el impacto del carácter cristiano en quienes nos observan? La paciencia que se manifiesta en momentos de enfado, una vida disciplinada en medio de la tensión y los conflictos, un espíritu gentil en respuesta a la impaciencia y las palabras duras son marcas del espíritu de Jesús que estamos invitados a emular.
Como adventistas del séptimo día que damos testimonio en un mundo que malinterpreta el carácter de Dios, somos un poder para hacer el bien y para la gloria de Dios. Como representantes de Cristo, los creyentes deben sobresalir no solo por su rectitud moral, sino también por su interés práctico en el bienestar de los demás. Si nuestra experiencia religiosa es auténtica, se
revelará y causará un impacto en el mundo. De hecho, un conjunto unificado de creyentes que revele el carácter de Cristo al mundo será un testimonio poderoso.
¿Qué clase de testimonio les ofreces a los demás? ¿Qué encontrarían en tu vida que les
inculque el deseo de seguir a Jesús?