LAS OVEJAS Y EL PASTOR | Jueves 8 de noviembre Lección 06
Lee Juan 10:1 al 11. ¿Qué aspectos de esta metáfora de la iglesia como un redil hablan de unidad? Ver además el Salmo 23.
En el mundo moderno de las grandes ciudades, es muy raro ver que se críe cualquier tipo animales. La mayoría ahora sabe muy poco acerca de la relación entre las ovejas y los pastores. Sin embargo, cuando Jesús relató esta parábola, la gente lo entendió muy bien. Cuando dijo: “Yo soy el buen pastor”, inmediatamente reconocieron y comprendieron su referencia al Salmo 23:1, “Jehová es mi pastor”. La imagen no solo era clara sino también estaba llena de un valor emocional que la hacía vívida. En la antigua cultura del Cercano Oriente, y aún hoy en Medio Oriente, es sabido que los pastores se dedican al cuidado de sus ovejas, sin importar los desafíos. La figura del pastor se ha convertido en una de las imágenes predilectas que se utilizan en las Escrituras para describir el carácter de Dios y su relación con su pueblo.
La imagen del pueblo de Dios como ovejas es interesante. Una impresión que a menudo tenemos de las ovejas es su naturaleza inofensiva e indefensa.
Por lo tanto, dependen de un buen pastor para que las proteja y las guíe. A decir verdad, se las considera tontas. A veces, sin querer, las ovejas se pierden, y el pastor las busca y las lleva de vuelta al redil. Los corderos a menudo necesitan que los lleven y requieren cuidados adicionales. Se necesita paciencia y comprensión para cuidar ovejas. En muchos aspectos, esta es una imagen perfecta para representar a la iglesia. El miembro de iglesia no tiene nada que temer, lleva todas las de ganar en una relación con el Pastor.
Jesús también enfatizó, en esta parábola, la importancia de que las ovejas escuchen la voz del pastor. Cuando las condiciones lo requieren, es posible proteger a varios rebaños de ovejas colocándolas en el mismo vallado o redil. ¿Cómo se las puede separar más tarde? Todo lo que se necesita es que el pastor se pare en la puerta del redil y las llame. Las ovejas reconocerán su voz y acudirán a él. “Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz” (Juan 10:4). Escuchar la voz del Pastor es crucial para la iglesia. De hecho, la unidad y la seguridad
del pueblo de Dios dependen de su proximidad a él y están directamente relacionadas con su obediencia sumisa a su voz.
En general, a la gente no le gusta que la describan como ovejas. Sin embargo, ¿por qué esta es una metáfora tan apropiada para nosotros? ¿Qué debería decirnos esta imagen sobre nuestra necesidad del Pastor y nuestra necesidad de obedecer su voz?