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LOS DIRIGENTES DE LA IGLESIA Y LA UNIDAD | Lección 04 Miércoles 24 de octubre

octubre 24, 2018

LOS DIRIGENTES DE LA IGLESIA Y LA UNIDAD | Lección 04 Miércoles 24 de octubre

“Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo” (Efe. 4:7). Si bien la salvación es un regalo que se le ofrece a todo el que la reciba, hay algunos dones espirituales que se otorgan a determinadas personas con un propósito especial.

Lee Efesios 4:11. ¿Qué dones de liderazgo le da Dios a la iglesia? Según Efesios 4:12, ¿cuál es el propósito de Dios al dar dones especiales de liderazgo a la iglesia? ¿Cómo se relacionan estos dones entre sí?

 

Todos los cristianos en cierto sentido son pastores y siervos de Dios y del evangelio. Todos reciben la comisión de Cristo (Mat. 28:19, 20) de ir y hacer discípulos a todas las naciones, de bautizar y enseñar. La obra del ministerio no se da solo a unos pocos privilegiados, como a los pastores y los evangelistas, sino a todo el que lleve el nombre de Cristo. Nadie puede pretender estar exento de trabajar en la difusión del evangelio, y ningún dirigente de la iglesia puede pretender tener un ministerio exclusivo. Los dones espirituales de liderazgo son específicamente para edificar a la iglesia. Los dirigentes
de la iglesia son necesarios para fomentar, promover y alentar la unidad.
La lista de dones de liderazgo de Pablo nos dice que estas funciones también son para preparar al pueblo de Dios con el propósito de alcanzar a los perdidos. Es responsabilidad de algunas personas especialmente llamadas dentro de la iglesia ayudar a los demás a cumplir su ministerio y servicio para Cristo, y edificar al cuerpo de Cristo “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efe. 4:13). El ejemplo del estilo de liderazgo de Jesús debe guiarnos en la forma en que servimos. Jesús vino para servir a los demás, no para ser servido (Mat. 20:25-28); nosotros
debemos ir y hacer lo mismo.
Existe una fuerte tendencia entre los seres humanos a ser independientes y no rendirle cuentas a nadie. La sociedad occidental, en particular, se caracteriza por esta inclinación. Sin embargo, Pablo nos recuerda que ningún cristiano está solo en este mundo y que formamos una comunidad de fe con dirigentes espirituales que nos ayudan a animarnos mutuamente en nuestro camino común. Entre todos somos parte del cuerpo de Cristo.

¿Qué dones espirituales tienes y cómo los usas para la unidad de tu iglesia local?