PABLO EN ROMA, AL FIN | Miércoles 26 de septiembre Lección 13
Después de tres meses en Malta, Pablo y sus compañeros finalmente pudieron continuar viaje (Hech.28:11.). Llegaron a Puteoli (Hech. 28:13), la moderna Pozzuoli, en la bahía de Nápoles, desde donde viajarían a Roma por tierra (ver Hech.28:11-16).
La noticia del arribo de Pablo llegó rápidamente a Roma, y desde allí un grupo de creyentes viajó varios kilómetros al sur para darle la bienvenida.
Aunque nunca había estado en Rema, el apóstol tenía muchos amigos en la ciudad: colaboradores, conversos, parientes y muchos otros que le eran muy preciados (Rom.16:3-16). La reunión en el Foro de Apio debió de haber sido particularmente conmovedora, especialmente por causa del naufragio y del hecho de que Pablo ahora estaba preso. Como resultado de una demostración tan única de amor y cuidado por parte de sus queridos amigos, el apóstol le agradeció a Dios y se sintió profundamente animado cuando estaba a punto de enfrentar un juicio ante el emperador.
En su informe oficial, Festo seguramente debió haber escrito que, de acuerdo con la ley romana, Pablo no era culpable de ningún crimen significativo (Hech.25:26, 27; 26:31, 32). Esto probablemente explique por qué se le permitió alquilar una vivienda particular (Hech.28:30) en vez de ser enviado a una prisión común o a un campamento militar, aunque, según la costumbre romana, estaba encadenado a un soldado todo el tiempo. El hecho de que Pablo viviera por cuenta propia implica que pudo continuar con su oficio (Hech.18:3).
Lee Hechos 28:17 al 22. ¿Qué hizo Pablo no bien se asentó?
Aunque Pablo no podía ir a la sinagoga, la sinagoga podía ir a él. Así que, poco después de su arribo, siguiendo con su política de acercarse primero a los judíos (Rom.1:16), convocó a los dirigentes judíos locales para declarar su inocencia y explicarles, como lo había hecho antes, que había sido arrestado sin ninguna otra razón que la esperanza de Israel (Hech.23:6; 24:15; 26:6-8). Su
intención no era tanto defenderse sino crear una atmósfera de confianza que le permitiera predicar el evangelio, y demostrar que la resurrección de Jesús era el cumplimiento de la esperanza ancestral de Israel. Sorprendidos porque no habían recibido ninguna información de Jerusalén sobre Pablo, los judíos decidieron escucharlo.
Lee Hechos 28:22. ¿Qué nos dice esto sobre la hostilidad contra los creyentes todavía en esta época? ¿Cómo podemos permanecer fieles incluso cuando los demás hablan en contra de nuestra fe?
Reavivados por su Palabra: Hoy Apocalipsis 6 – Durante esta semana DTG, caps 68 69