PARA ESTUDIAR Y MEDITAR | Lección 2 Viernes 12 de abril
A lo largo de toda la Escritura, nos enfrentamos con la realidad del libre albedrío de la humanidad. Incluso Adán y Eva antes de la Caída (Gén. 3) tenían libre albedrío, y desgraciadamente tomaron la decisión equivocada. Si hubo seres no caídos que en su perfección pudieron hacer un mal uso del libre albedrío, ¿cuánto más nosotros, ya inmersos en el pecado? Y debemos recordar que el libre albedrío es exactamente eso, libre; lo que significa que, independientemente de la presión que sintamos, tanto
interna como externa, no tenemos por qué elegir lo malo. Mediante el poder de Dios en nosotros, podemos tomar decisiones correctas mediante el libre albedrío que Dios nos ha dado. Por lo tanto, cuán importante es sopesar cuidadosamente nuestras decisiones, especialmente pensando en cómo
pueden afectar nuestra vida familiar. La decisión voluntaria de Caín de matar a su hermano seguramente devastó a su familia. La decisión de los hermanos de José de venderlo como esclavo arruinó la vida de su padre. “Y él la reconoció, y dijo: La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado. Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días. Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir
consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. Y lo lloró su padre” (Gén. 37:33-35).
En toda la Biblia, al igual que en la vida, podemos encontrar ejemplos de cómo el libre albedrío de los miembros de la familia impactan sobre los demás para bien o para mal, como las decisiones de Coré, Datán y Abiram (Núm. 16:1-32; ver, además, Dan. 6:23, 24; Gén. 18:19).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cuáles son algunas de las decisiones que tomaste hoy? ¿Qué dicen sobre ti, y sobre tu relación con Dios y con los demás? De las decisiones que tomaste, ¿hay alguna que desearías que hubiese sido diferente?
2. ¿Qué personajes de la Biblia tomaron decisiones equivocadas, y qué podemos aprender de sus errores? Sus decisiones erradas ¿cómo afectaron negativamente a sus familias?
3. Indudablemente, todos nos arrepentimos de las malas decisiones que hemos tomado. ¿Por qué, frente a esos remordimientos, el evangelio es una buena noticia? ¿Qué promesas de la Biblia has reclamado en momentos de dificultad y culpa a causa de tus decisiones equivocadas?
4. Si algunos se acercaran a ti para hablar de matrimonio, ¿qué consejo les darías, y por qué? ¿Qué principios puedes destacar de la Palabra de Dios para ayudarlos a tomar esta importante decisión?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Deutoronomio 29 – Durante esta semana, HAp caps. 21, 22.