PARA ESTUDIAR Y MEDITAR | Viernes 15 de febrero Lección 7
La séptima trompeta (Apoc. 11:15-18) señala la conclusión de la historia de esta Tierra. Ha llegado la hora de que Dios revele su poder y su reinado.
Este planeta rebelde, que ha estado bajo el dominio de Satanás durante miles de años, está a punto de volver a estar bajo el dominio y el gobierno de Dios. Fue después de la muerte de Cristo en la Cruz y su ascensión al cielo que Cristo fue proclamado gobernante legítimo de la Tierra (Apoc. 12:10, 11).
Satanás sigue causando todos los estragos posibles al saber que le queda poco tiempo (Apoc. 12:12). La séptima trompeta anuncia que se ha hecho frente a los poderes usurpadores y que este mundo finalmente ha quedado bajo el legítimo gobierno de Cristo.
La séptima trompeta esboza el contenido del resto del libro. 1) Se airaron las naciones: Apocalipsis 12 al 14 describe a Satanás lleno de ira (Apoc. 12:17), quien con sus dos aliados, la bestia que sale del mar y la bestia que sale de la tierra, prepara a las naciones del mundo para luchar contra el pueblo de Dios. 2) Tu ira ha venido: Dios responde a la ira de las naciones con las siete
últimas plagas, llamadas la ira de Dios (ver Apoc. 15:1). 3) El tiempo de juzgar a los muertos se describe en Apocalipsis 20:11 al 15. 4) Y de dar el galardón a tus siervos [de Dios] se presenta en Apocalipsis 21 y 22. 5) Destruir a los que destruyen la Tierra: Apocalipsis 19:2 declara que la Babilonia del tiempo del fin es juzgada porque destruyó la Tierra. La destrucción de Satanás,
sus huestes y sus dos aliados es el acto final del drama del Gran Conflicto (Apoc. 19:11-20:15).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. A veces descubrimos que predicar el evangelio puede ser una experiencia amarga (Apoc.10:10); la gente rechaza nuestras palabras, se burla de ellas y de nosotros. A veces, la predicación puede despertar oposición. ¿Qué personajes bíblicos vienen a tu mente que hayan enfrentado pruebas como estas? ¿Qué podemos aprender de sus experiencias?
2. Medita en la siguiente declaración: “Vez tras vez se me ha amonestado acerca de fijar fechas. Nunca más habrá un mensaje para el pueblo de Dios que se base en el tiempo. No hemos de saber el tiempo definido, ya sea del derramamiento del Espíritu Santo o de la venida de Cristo” (MS 1:220). ¿Cuál es el problema con elaborar diagramas proféticos sumamente detallados con
los acontecimientos finales después de 1844? ¿Cómo podemos protegernos contra las trampas inevitables que causan estos diagramas?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Números 9 – Durante esta semana, HAP cap. 9, 10.