REDIMIDOS PARA DIOS Y PARA EL CORDERO | Jueves 7 de febrero Lección 6
Lee Apocalipsis 14:5; 2 Pedro 3:14; y Judas 24 y 25. Apocalipsis afirma que el pueblo de Dios del tiempo del fin es “sin mancha”. ¿Cómo se puede lograr este estado?
La característica final de los 144.000 es que “en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios” (Apoc. 14:5). Si bien la gente del mundo decide creer en las mentiras de Satanás, el pueblo de Dios del tiempo del fin recibirá el amor de la verdad para ser salvo (2 Tes. 2:10, 11).
“Sin mancha” (del griego amōmos, “irreprensible”) se refiere a la fidelidad de los 144.000 hacia Cristo. En la Biblia, al pueblo de Dios se lo llama santo (Lev. 19:2; 1 Ped. 2:9). Abraham (Gén. 17:1) y Job (Job 1:1) eran irreprensibles.
Los cristianos son llamados a ser santos y sin mancha delante de Dios (Efe.
5:27; Fil. 2:15).
Lee Romanos 3:19 al 23. ¿Por qué siempre debemos tener presente esta verdad vital?
En los últimos días de la historia de este mundo, los 144.000 reflejarán poderosamente el carácter de Cristo. Su salvación mostrará lo que Cristo ha hecho por ellos, no su propia santidad ni sus propias obras (ver Efe. 2:8-10).
Los 144.000 han lavado su ropa y la han emblanquecido en la sangre del Cordero (Apoc. 7:14) y, como tales, se encuentran “sin mancha e irreprensibles” delante de Dios (2 Ped. 3:14).
“Necesitamos ser refinados, limpiados de toda mundanalidad, hasta que reflejemos la imagen de nuestro Salvador y lleguemos a ser ‘participantes de la naturaleza divina’ […]. Cuando termine el conflicto de la vida, cuando la armadura sea colocada a los pies de Jesús, cuando los santos de Dios sean glorificados, entonces, y solo entonces, será seguro afirmar que somos salvos y sin pecado” (MS 3:405, 406). ¿Cómo podemos vivir una vida de santificación en preparación activa para la eternidad sin caer en las trampas del perfeccionismo y la santidad fanática?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Levítico 28– Durante esta semana, HAP cap. 7, 8.