UNA SOLUCIÓN DIFÍCIL | Lección 07 Jueves 15 de noviembre
Se requería cierto grado de confianza por parte de la iglesia de Antioquía para enviar representantes a Jerusalén a fin de buscar la mejor solución para su conflicto. Sin embargo, después de horas de discusión entre los apóstoles y los ancianos, Jacobo, el hermano de Jesús, quien parece ser el dirigente de la asamblea, tomó una decisión sobre lo que se debía hacer (Hech. 15:13-20).
Evidentemente, el concilio decidió que los gentiles no necesitaban convertirse al judaísmo ni obedecer todos los aspectos de las leyes ceremoniales, incluida la circuncisión, para hacerse cristianos.
Lee Amós 9:11 y 12; y Jeremías 12:14 al 16. ¿Qué predicciones hicieron estos profetas del Antiguo Testamento con respecto a las naciones circundantes de Israel?
Si bien Jacobo cita Amós 9, existen alusiones a la salvación de las naciones en otros profetas del Antiguo Testamento. Desde el principio, la intención de Dios fue salvar al mundo entero a través del testimonio y la experiencia de Israel. De hecho, el llamado de Dios a Abraham incluyó una bendición para todas las naciones a través de él y sus descendientes (Gén.12:1-3). La conducción del Espíritu Santo; el ministerio de Pedro, Bernabé y Pablo entre los gentiles; y la conversión de muchos gentiles eran evidencias
que no podían dejarse de lado. Estos testimonios ayudaron a los dirigentes cristianos de Jerusalén a darse cuenta de que muchas profecías del Antiguo Testamento se estaban cumpliendo en ese entonces. De hecho, Dios ya había dado leyes que guiaban la presencia de los gentiles en Israel y las restricciones que se aplicaban a ellos (Lev. 17, 18).
Jacobo también se refirió a estas leyes en su decisión (Hech. 15:29). Resultó obvio para todos que Dios estaba llamando a los gentiles a unirse a su pueblo y a recibir la salvación en Jesús. La conducción del Espíritu Santo les dio una comprensión más profunda de las Escrituras y les reveló verdades cruciales que no habían visto antes. Hechos 15:30 al 35 relata la respuesta de los creyentes de Antioquía a lo que se decidió en Jerusalén: “Los creyentes […] se alegraron por su mensaje alentador” (Hech. 15:31, NVI).
Vemos en Hechos un poderoso ejemplo de cómo la iglesia primitiva, mediante la sumisión a la Palabra de Dios, junto con una mentalidad de amor, unidad y confianza, pudo evitar, bajo la conducción del Espíritu Santo, lo que podría haber sido una gran crisis de unidad.
¿Qué nos enseña este relato sobre lo importante que es no solo escuchar lo que otros dicen, sino también considerar la posibilidad de que tengan razón, incluso cuando lo que dicen no es exactamente lo que queremos escuchar?