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EL CÓDIGO DEL PACTO | Lección 9 Domingo 24 de agosto

agosto 25, 2025

EL CÓDIGO DEL PACTO | Lección 9 Domingo 24 de agosto

Con la entrega de su Ley en el Sinaí, Dios sentó las bases para enseñar a su pueblo cómo vivir con santidad en conexión con él. Pero los principios de la Ley necesitaban ser aplicados en la vida cotidiana, por lo que Dios les dio leyes adicionales, el llamado “código del pacto”. Era responsabilidad de los jueces velar para que esas ordenanzas fueran aplicadas correctamente.
“La mente de la gente, cegada y envilecida por la servidumbre y el paganismo, no estaba preparada para apreciar plenamente los abarcadores principios de los diez preceptos de Dios. Para que las obligaciones del Decálogo pudieran ser mejor comprendidas y ejecutadas, se añadieron otros preceptos, que ilustraban y aplicaban los principios de los Diez Mandamientos. Estas leyes se llamaron ‘derechos’, porque fueron trazadas con infinita sabiduría y equidad, y porque los magistrados habían de juzgar según ellas. A diferencia de los Diez Mandamientos, estos ‘derechos’ fueron entregados en privado a Moisés, quien debía comunicarlos al pueblo” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 319).

Lee Éxodo 21:1 al 32. ¿Qué normas específicas promulgó Dios en relación con los esclavos hebreos, el homicidio y las lesiones corporales?

El código del pacto se encuentra registrado en varios capítulos (Éxo. 21:1‑23:19). Todos estos reglamentos y leyes fueron promulgados para detener la avalancha del mal y construir una sociedad ordenada.
Las leyes acerca de la esclavitud eran especiales y no deben confundirse con la perversa práctica de la esclavitud moderna o medieval. Los esclavos hebreos eran protegidos y valorados. En las sociedades modernas y medievales, los siervos y los esclavos eran propiedad de sus dueños, quienes podían hacer con ellos lo que quisieran. A diferencia de ello, las leyes bíblicas regulaban la servidumbre de manera diferente, pues ella estaba limitada a seis años (Éxo. 21:1, 2; Jer. 34:8-22). En el séptimo año, los esclavos debían ser liberados a menos que quisieran permanecer al servicio de sus amos. Estos también debían permitir que sus siervos descansaran los sábados (Éxo. 20:9, 10) y satisfacer sus necesidades básicas.

Aunque la perversa práctica de la esclavitud institucionalizada ha sido abolida en la mayor parte del mundo, ¿de qué maneras siguen existiendo algunos de sus rasgos distintivos? ¿Qué podemos hacer en nuestro propio y limitado ámbito para luchar contra esto?

Reavivados por su Palabra: Hoy,  numeros 13.