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JESÚS HABITÓ CON LA HUMANIDAD | Lección 13 Jueves 25 de septiembre

septiembre 26, 2025

JESÚS HABITÓ CON LA HUMANIDAD | Lección 13 Jueves 25 de septiembre

Lee Juan 1:14. ¿Cómo es comparada la encarnación de Cristo con el Tabernáculo?

La encarnación de Jesús es un misterio que los redimidos estudiarán durante toda la eternidad. El apóstol Juan afirma que Cristo habitó con nosotros de forma tangible al encarnarse. En virtud de la encarnación, Jesús se asemeja al Dios del Antiguo Testamento, quien habitó con los israelitas en el Tabernáculo del Sinaí
y en el desierto mientras viajaban hacia la Tierra Prometida.
Durante su encarnación, Jesús habitó con la humanidad. ¡Qué concesión tan insondable! El Dios eterno desciende hasta nosotros como uno de nosotros para asegurarnos que él es verdaderamente “Emanuel, Dios con nosotros”.
En Mateo 18:20, Jesús dijo que si dos o tres se reúnen en su nombre, él estará allí en medio de ellos. Cristo está con su pueblo en virtud de la presencia del Espíritu Santo e invita a sus seguidores a estar en estrecha relación con él: “Yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a su casa,
y cenaré con él, y él conmigo” (Apoc. 3:20).

Lee Apocalipsis 21:1 al 3. ¿Qué se nos presenta aquí?

La Nueva Jerusalén descenderá del Cielo a la Tierra, y Juan declara: “He aquí que el tabernáculo de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos y será su Dios” (Apoc. 21:3). No hay templo en la Nueva Jerusalén (Apoc. 21:22) porque toda la ciudad es el Templo, el Santuario de Dios. La longitud, la anchura y la altura de la ciudad son iguales (Apoc. 21:16), como lo era el Lugar Santísimo en el Santuario, que tenía la forma de un cubo, con todos sus lados iguales. Esto significa que moraremos en la presencia inmediata de nuestro Dios durante la eternidad, en un mundo sin pecado, muerte ni sufrimiento.

¿Cómo podemos aprender a resistir hasta el final en vista de lo que se nos ha prometido merced al ministerio y la obra de Jesús?

Reavivados por su Palabra: Hoy,  Deutoronomio 09.