OJO POR OJO | Miércoles 27 de agosto Lección 9
Lee Mateo 5:38 al 48. ¿Cómo interpretó Jesús el significado de la ley del talión? ¿Cómo deberíamos aplicarla hoy?
En el Sermón del Monte, Jesucristo citó textos del Antiguo Testamento con los que sus oyentes estaban sin duda familiarizados. Sin embargo, habló en contra de las interpretaciones rabínicas vigentes, que a lo largo de los siglos se habían alejado del propósito original de esas leyes citadas. Es decir, la tradición humana no solo ocultaba el propósito de la Palabra de Dios, sino que también en algunos casos (pensemos en las regulaciones rabínicas acerca del sábado y lo que ellas habían hecho con el cuarto Mandamiento) había pervertido su intención y significado. Con sus palabras, Jesús estaba restaurando el sentido original de esas leyes.
En el Monte de las Bienaventuranzas, Jesús trató de corregir algunas de esas interpretaciones erróneas señalando a sus oyentes la intención y el significado originales de los textos. Éxodo 21:24 (“ojo por ojo, diente por diente”) fue citado en Mateo 5:38 y 39 (“Ustedes oyeron que fue dicho… Pero yo les digo”) y se refería a la ley del talión.
Este versículo es también utilizado en otros lugares de la Biblia (Lev. 24:20; Deut. 19:21).
Esta ley fue formulada con la intención de evitar la venganza, de poner fin a las contiendas sangrientas y a las represalias sin una investigación previa. Los daños debían ser evaluados por jueces, y luego se establecía y pagaba una compensación monetaria adecuada. Esta práctica surgió para evitar que las personas tomaran la justicia en sus manos. Era necesario hacer justicia, pero en armonía con la Ley de Dios.
Jesucristo, quien promulgó estas leyes sociales por medio de Moisés, conocía el propósito de ellas, razón por la cual podía aplicarlas de manera objetiva, de acuerdo con su intención original. El motivo detrás de ellas era hacer justicia, propiciar la reconciliación y restaurar la paz.
Se podría argumentar que la justicia implica en cierto sentido una especie de venganza o vindicación. La correcta aplicación de estas leyes era un intento de encontrar el justo equilibrio entre la justicia y la vindicación.
¿Cómo puede la certeza de que Dios hará finalmente justicia ayudarnos a lidiar con las injusticias que vemos en el mundo?
Reavivados por su Palabra: Hoy, numeros 16.