CÓMO DESCUBRIR TUS DONES | Lección 6 Miércoles 5 de agosto
Compara 1 Corintios 1:4 al 9 con 2 Corintios 1:20 al 22. ¿Qué nos dicen estos pasajes acerca de las promesas de Dios y especialmente de los dones espirituales antes de la segunda venida de Cristo?
Dios promete que su iglesia manifestará todos los dones del Espíritu Santo justo antes del regreso de nuestro Señor. Sus promesas son seguras.
Nos ha dado el testimonio del Espíritu Santo en nuestros corazones para guiarnos a comprender los dones que nos ha dado. Es Dios quien da los dones y Dios, por medio de su Espíritu, nos los revela.
Lee Lucas 11:13, Santiago 1:5 y Mateo 7:7. Si deseamos descubrir los dones que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros, ¿qué nos invita a hacer?
Recibimos los dones del Espíritu al consagrarnos a Dios y pedirle que nos revele los dones que nos ha dado. Cuando nuestros corazones se vacían de la gloria propia y nuestra prioridad es servir a Jesús, su Espíritu nos impresionará con los dones espirituales que tiene para nosotros. “El derramamiento del Espíritu no fue recibido hasta que, mediante la fe y la oración, los discípulos se entregaron por completo a la obra de Cristo. Entonces, en un sentido especial, los bienes del Cielo fueron encomendados a los seguidores de Cristo. […] Los dones ya son nuestros en Cristo, pero su posesión verdadera depende de nuestra recepción del Espíritu de Dios” (PVGM 263).
Los dones espirituales (ver 1 Cor. 12:4–6) son cualidades, capacidades, que Dios imparte para que podamos servirlo con eficacia. Los ministerios son las áreas generales en las que podemos expresar nuestros dones, y las actividades son los eventos específicos que nos permiten usar nuestros
dones. Los dones espirituales no vienen completamente desarrollados. A medida que el Espíritu Santo te impresiona con alguna área de servicio, ora para que te guíe a un ministerio específico para ejercer tu don a través de una actividad misionera.
¿Cuáles son tus dones específicos? Y, más importante, ¿cómo puedes mejorar esos dones para el servicio del Señor?
Reavivados por su palabra: Hoy, Eclesiastés 04.