EL APOCALIPSIS: LA MISIÓN DE DIOS PARA LOS ÚLTIMOS DÍAS | Lección 13 Domingo 24 de diciembre
Las primeras líneas del Apocalipsis le indican al lector que este libro se enfoca en la misión de Dios.
Lee Apocalipsis 1:1 al 7. ¿En qué medida ves evidencias de que el Apocalipsis se centra en la misión de Dios de los últimos días?
Después de revelar en los primeros versículos que Jesús es la fuente y el centro del Apocalipsis, Apocalipsis 1:4 y 5 alude a los tres miembros de la Deidad, que trabajan unidos para salvar a los seres humanos. El Padre es el eterno que era, es y ha de venir. Se nombra al Espíritu Santo, que actúa poderosamente entre las iglesias del siglo I. A continuación, Juan recuerda la condición de Jesucristo: el “Testigo Fiel”, “el primogénito (principal) de los muertos” (Apoc.1:5), quien posee doblemente la propiedad legal de este planeta. El intento de Satanás de utilizar esta Tierra para establecer su reino fracasó. Además de la victoria de Dios sobre Satanás, la sangre derramada de nuestro Creador lava nuestras culpa y vergüenza.
Lee Apocalipsis 1:6 y 1 Pedro 2:9. ¿Qué significan los títulos de los redimidos en estos versículos?
El objetivo de la misión de Dios no es simplemente arrastrar a la gente que perece hasta un lugar seguro. La salvación de Dios ofrece un estatus nuevo y honorable, porque la imagen de Dios se restaura en nosotros. Los redimidos se convierten en miembros de la realeza (reyes), porque estamos emparentados por sangre con el Rey del Universo mediante la sangre derramada de Jesús. Ahora, como miembros de la familia real, nos unimos a la misión de la familia real en la salvación de otros seres humanos. ¡Esto nos hace sacerdotes! Cristo ha erigido a su iglesia como un “reino”, y a sus miembros individuales los consagró como “sacerdotes”. Ser miembro del Reino celestial es ser sacerdote. En Apocalipsis 1:7 hallamos la urgencia de la misión: Jesús viene, y las naciones se lamentarán porque están perdidas. Dios se interesa por los que están alejados de él. En consecuencia, el libro del Apocalipsis comienza con la misión de Dios en favor de los seres humanos.
Dios no solo nos creó, sino también nos redimió, y a un precio asombroso. ¿Por qué esta verdad debería darnos tanta esperanza, independientemente de nuestra situación actual?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Isaias 31.