EL ESPÍRITU SANTO Y LA TESTIFICACIÓN | Lección 5 Martes 28 de julio
A lo largo del libro de los Hechos, el Espíritu Santo está poderosamente presente. Él ministraba a los creyentes y a través de ellos mientras testificaban por su Señor en una variedad de formas. Los fortaleció para enfrentar las pruebas y los desafíos de ser testigos en una cultura hostil. Los condujo hacia buscadores de la verdad sinceros. Preparó los corazones de las personas en ciudades enteras antes de que los creyentes vinieran a esas ciudades. Abrió puertas de oportunidad con las que nunca soñaron y fortaleció sus palabras y sus acciones.
Lee Hechos 7:55; 8:29; 11:15; 15:28, 29; y 16:6 al 10. ¿Cómo ministró el Espíritu Santo a los discípulos que testificaban en cada una de las experiencias enumeradas en estos versículos de la Biblia? En otras palabras, ¿cuáles fueron algunas de las diversas cosas que hizo el Espíritu Santo en estas situaciones?
El variado ministerio del Espíritu Santo en el primer siglo fue realmente asombroso. Las experiencias anteriores son solo una muestra de su actividad. Fortaleció a Esteban para dar testimonio de su Señor frente a una multitud despiadada y fuera de control que lo apedreó hasta la muerte. Milagrosamente guio a Felipe a un etíope influyente que estaba en la búsqueda de la verdad, para abrir el continente africano al evangelio. Le dio a Pedro una señal de confirmación cuando los creyentes gentiles también recibieron el don del Espíritu Santo. Reunió a la iglesia en unidad en un momento en que fácilmente podría haberse dividido sobre el tema de la circuncisión, y abrió todo el continente europeo a la predicación del evangelio a través del apóstol Pablo.
El Espíritu Santo estuvo activo en la iglesia del Nuevo Testamento y está activo en la vida de la iglesia hoy. Él anhela llenarnos de poder, fortalecernos, enseñarnos, guiarnos, unificarnos y enviarnos a la misión más importante del mundo, que es llevar a hombres y mujeres a Jesús y a su verdad. El punto que debemos recordar es que el Espíritu todavía está activo y trabajando
hoy, tal como lo estaba en la época de los apóstoles y la iglesia primitiva.
¿Qué podemos hacer, día a día, para hacernos más abiertos y susceptibles al poder del Espíritu Santo en nuestra propia vida? ¿Cuáles son algunas de las decisiones que debemos tomar para permitirle trabajar en y a través de nosotros?
Reavivados por su palabra: Hoy, Provervios 27.