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EL PODER TRANSFORMADOR DEL ESPÍRITU SANTO | Lección 5 Jueves 30 de julio

julio 30, 2020

EL PODER TRANSFORMADOR DEL ESPÍRITU SANTO | Lección 5 Jueves 30 de julio

Un estudio cuidadoso del libro de los Hechos revela a Dios obrando milagros en la vida humana a través de su Espíritu. Hechos es un estudio de caso acerca del triunfo del evangelio sobre los prejuicios culturales, transformando hábitos arraigados de toda la vida, y enseñando a toda la
humanidad la gracia y la verdad de Cristo. El Espíritu Santo se encuentra con las personas donde están, pero no las deja allí. En su presencia, son cambiadas. Su vida se transforma.

Lee Hechos 16:11 al 15 y 23 al 34; 17:33 y 34; y 18:8. Estas son solo algunas de las historias de conversión en la Biblia. ¿Qué nos enseñan los diferentes relatos sobre el poder de Dios para cambiar la vida de todo tipo de personas de diversos orígenes?

Qué increíble variedad de personas. Lidia era una próspera empresaria judía, y el carcelero de Filipos era un funcionario romano de clase media. El Espíritu Santo puede alcanzar todos los espectros de la sociedad. Su poder de transformación llega tanto a hombres como a mujeres, ricos y pobres, educados y sin educación. Los últimos dos personajes en nuestra lista son igualmente notables.

Hechos 17:34 se refiere a la conversión de Dionisio el Areopagita. Los Areopagitas atenienses eran parte del tribunal legal de jueces que trataban los casos judiciales. Eran miembros prominentes y respetados de la sociedad griega.
Gracias al poder del Espíritu Santo, el ministerio del apóstol Pablo llegó incluso al escalón superior de la sociedad. Crispo era “el principal de la sinagoga” judía (Hech. 18:8). Era un líder religioso inmerso en el pensamiento judío del Antiguo Testamento, y el Espíritu Santo se abrió paso y cambió su vida. Estas historias revelan que, a medida que damos testimonio de Cristo y compartimos su Palabra con otros, el Espíritu Santo hará cosas notables en la vida de todo tipo de personas de todo tipo de antecedentes, culturas, educación y creencias. No podemos y no debemos hacer suposiciones sobre quién puede o no ser alcanzado. Nuestro trabajo es testificar a todas y cada una de las personas que Dios coloca en nuestro camino. El Señor hará el resto.

La muerte de Cristo fue universal; es decir, fue para cada ser humano que existió o existirá alguna vez. ¿Qué debería enseñarnos esta verdad crucial acerca de cómo nunca debemos suponer que alguien está más allá de la esperanza de salvación?

Reavivados por su palabra: Hoy, Provervios 29.