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EL PRIMER MANDAMIENTO | Lección 5 Domingo 27 de abril

mayo 1, 2025

EL PRIMER MANDAMIENTO

 

El Jardín del Edén era un aula para el primer pueblo de Dios, un lugar donde su interacción con la Creación les enseñaría sin cesar a ellos y a su descendencia más acerca del Creador. “La santa pareja eran no solo hijos bajo el cuidado paternal de Dios, sino también estudiantes que recibían instrucción de parte del Creador omnisciente. […] Los misterios del universo visible –‘las maravillas del Perfecto en sabiduría’ (Job 37:16)– les suministraban una fuente inagotable de instrucción y placer”, señaló Elena de White (Patriarcas y profetas, p. 32).

Lee Génesis 2:9 al 17. ¿Cuál fue el primer mandato que Dios dio a la humanidad y por qué era tan importante?

El verbo hebreo tsavah (“mandar”) aparece por primera vez en la Biblia como parte de la orden dada por Dios a los seres humanos de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal (Gén. 2:16-17). ¿Cómo es posible que el conocimiento esté prohibido? ¿No es siempre útil experimentar y saber más?

Según las Escrituras, no: Dios pretendía educar a su pueblo cabalmente y evitarle el sufrimiento que algunos conocimientos le causarían a largo plazo, como lo que sucedería más tarde cuando el pueblo eligió gobernarse a sí mismo en lugar de ser gobernado por el propio Señor.

Milenios después, cuando Israel pidió un rey, el Señor expuso las consecuencias de ello (como descubrimos la semana pasada) e informó a su pueblo que la decisión de alejarse de su gobierno directo duraría hasta el fin de los tiempos.

A medida que los reyes de Israel se volvieron cada vez más malvados, el pueblo del Pacto se volvió tan mundano y alejado del propósito Dios que él les dio aún más de lo que querían: un gobierno pagano.

Acercarse al libro de Daniel con este trasfondo en mente puede ser esclarecedor. La sucesión de los imperios descrita en las visiones del libro es más que un reproche dirigido a “las naciones” paganas. Es también una amonestación dirigida a Israel por su negativa a obedecer sus mandamientos (mitswot, en hebreo, derivado de tsavah; ver Gén. 2:16). Los siglos de sometimiento en lugar de la libertad de la que el pueblo de Dios disfrutó originalmente en Edén se convertirían en una nueva aula donde los corazones dispuestos podrían observar el sorprendente contraste existente entre los reinos de este mundo y el Reino de Dios.

Piensa en los tipos de conocimiento, incluso actuales, sin los cuales estaríamos mucho mejor. ¿Cómo nos ayuda esto a entender el mandato divino dado a Adán y a Eva en el Edén en relación con el árbol del conocimiento del bien y del mal?

Reavivados por su Palabra: Hoy,  Genesis 11.