EL TESTIMONIO DE LA MULTITUD | Lección 6 Jueves 7 de noviembre
El último gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y exclamó: “ ‘¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba! Como dice la Escritura, del que cree en mí, ríos de
agua viva brotarán de su corazón’ ” (Juan 7:37, 38). Juan había registrado en numerosas ocasiones las audaces declaraciones de Jesús acerca de sí mismo, de quién era y qué había venido a hacer. Las líneas citadas anteriormente de Juan 7:37 y 38 son otro ejemplo de lo que Jesús afirmó acerca de sí mismo y de lo que haría en favor de todos aquellos que acudieran a él. Eran afirmaciones sorprendentes.
Cuando Jesús habló a los judíos que asistían a la Fiesta de los Tabernáculos, ¿cuál fue la respuesta de muchos de ellos? Juan 7:37-53.
Algunos dijeron que él era el profeta anunciado por Moisés (ver Deut.18:15-19). Otros pensaban que Jesús era el Cristo, el Mesías. Pero esto suscitó el argumento de que el Mesías no vendría de Galilea, que debía ser descendiente de David y que tenía que nacer en Belén, todo lo cual era cierto acerca de Jesús (comparar con Mat. 1; 2), ¡aunque muchos parecían no saberlo! Incluso los oficiales que lo arrestaron quedaron perplejos ante él y su elocuencia. Los fariseos respondieron a los oficiales con una pregunta. “¿Ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos?” (Juan 7:48). Esta pregunta de los fariseos dio a Juan la oportunidad de convocar nuevamente al testigo Nicodemo, quien tras su encuentro con Jesús procuraba protegerlo de las maquinaciones de sus pares: “¿Juzga nuestra ley a un hombre sin oírlo primero y sin entender lo que ha hecho?” (Juan 7:51).
¿Aceptó Nicodemo a Jesús como el Mesías? Aunque su intervención en favor de Jesús ante el Sanedrín no es suficiente para afirmarlo, tal acción sumada a lo que hizo después de la muerte de Jesús (ver Juan 19:39, 40) es evidencia sólida de que llegó a creer en él. Y así, la respuesta a la pregunta de los fariseos en Juan 7:48 fue: Sí, uno de los fariseos creyó en él.
Lee Juan 7:49. ¿Qué decían los líderes que mostraba su desdén por las masas que seguían a Jesús? ¿Qué lección podemos extraer de ello?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Hechos 11.