EL TESTIMONIO DEL PADRE | Miércoles 6 de noviembre Lección 6
El Evangelio de Juan comienza hablando de la Palabra (logos) como de Alguien que está con Dios el Padre (Juan 1:1). Cuando el Verbo se hizo carne, el Espíritu dio testimonio de Jesús al descender sobre él en ocasión de su bautismo (Juan 1:32-34). Pero el Padre también dio testimonio de Jesús durante su ministerio terrenal.
Lee Juan 5:36 al 38. ¿Qué dice Jesús aquí acerca del Padre?
Jesús vincula al Padre con las obras y los milagros que había realizado. Tiene muy claro el hecho de que el Padre lo envió y también de que había dado
testimonio acerca de él.
Lee Mateo 3:17; 17:5; Marcos 1:11; y Lucas 3:22 (ver también 2 Ped.1:17, 18). ¿Qué dice el Padre acerca de Jesús?
En el bautismo de Jesús, el Padre y el Espíritu se unieron al Hijo para destacar esta importante ocasión: el comienzo del ministerio de Jesús. El Padre afirma que Jesús es su Hijo amado, en quien se complace. Pero, en un momento crucial del ministerio de Cristo, el Padre vuelve a hablar, esta vez según consta en el Evangelio de Juan.
Las cosas estaban llegando a un punto culminante en los últimos días de ese ministerio. Los líderes religiosos, incapaces de detenerlo (ver Juan 12:19), querían verlo muerto, ahora más que nunca. Las multitudes estaban muy entusiasmadas por él, sobre todo porque cada vez más gente lo seguía al oír el testimonio de quienes lo vieron resucitar a Lázaro (Juan 12:17, 18). Incluso los griegos que estaban allí para la fiesta querían ver a Jesús.
En respuesta a las palabras de Jesús en Juan 12:28: “Padre, glorifica tu nombre”, el Padre vuelve a hablar desde el Cielo: “Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez”.
Como ya hemos visto, la hora de gloria de Jesús es la Cruz. Por lo tanto, el testimonio del Padre en favor de Jesús apunta al gran sacrificio del Cordero de Dios por los pecados del mundo. La Cruz es la culminación de su ministerio terrenal. Su muerte en nuestro favor pagó la deuda completa por nuestros pecados. Gracias a él, por la fe, ya no tenemos que afrontar esa deuda.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Hechos 10.