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EL TESTIMONIO FIEL DE MARDOQUEO | Lecci贸n 12 Martes 19 de diciembre

diciembre 23, 2023

EL TESTIMONIO FIEL DE MARDOQUEO | Lección 12 Martes 19 de diciembre

Al vivir en una tierra extranjera y permanecer fieles a Dios, tarde o temprano Mardoqueo y Ester iban a enfrentar problemas. Sin duda, este fue el caso de Mardoqueo.

Lee Ester 3:1 al 15. ¿Qué sucedió aquí y por qué?

En Ester 3, nos enteramos de que el rey Jerjes (Asuero) honró a Amán y le dio un alto cargo con plenos poderes. A todos se les dijo que debían inclinarse ante Amán. Pero leemos: “Pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba” (Est. 3:2). La Biblia no da la razón por la que Mardoqueo no se arrodilló ante este hombre; pero nosotros sabemos por qué. Él era un judío fiel. Mardoqueo no estaba dispuesto a rendir homenaje a un descendiente de Agag, un amalecita, enemigo de su pueblo desde el Éxodo (Deut. 25:19). ¿Cómo podría un judío fiel arrodillarse ante un amalecita? ¿O adorar a alguien que no fuera el Señor?
“Y los siervos del rey que estaban a la puerta preguntaron a Mardoqueo: ‘¿Por qué desobedeces la orden del rey?’ ” (Est. 3:3). Aunque no sabemos en detalle cómo respondió, el versículo siguiente dice que Mardoqueo “les había declarado que era judío” (Est. 3:4). Seguramente, en esa respuesta Mardoqueo tuvo la oportunidad de explicar que, como adorador del Dios que creó los cielos y la tierra, no podía adorar a ningún ser humano pecador. Sin duda, en cierta medida Mardoqueo pudo dar testimonio de su fe; una fe a la que se adhirió con tanta fuerza que puso en peligro a él mismo y, por desgracia, a los demás.

“A causa de Daniel y sus compañeros, y de Mardoqueo, brilló una luz resplandeciente en medio de las tinieblas morales de las cortes reales de Babilonia” (Elena de White, Advent Review and Sabbath Herald, 13 de mayo de 1884). Cuando Amán quiso destruir al pueblo judío, la descripción que dio fue: “Hay cierto pueblo disperso y diseminado entre los pueblos de todas las provincias del reino, cuyas leyes y costumbres son diferentes de las de todos los demás. ¡No obedecen las leyes del reino, y a Su Majestad no le conviene tolerarlos!” (Est. 3:8,NVI). ¿Un pueblo cuyas costumbres son diferentes y que no obedece las leyes
del rey? Una receta perfecta para la persecución.

¿De qué modo, incluso ahora, podemos ser probados como lo fue Mardoqueo? ¿Cómo debemos responder?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Isaias 26.