JESÚS Y MARÍA | Lección 12 Jueves 19 de diciembre
Lee Juan 20:11 al 13. ¿Qué sucedió aquí que muestra por qué María Magdalena aún no comprendía el significado de la tumba vacía?
La última referencia anterior hecha a María en el texto se refiere a su diálogo con Pedro y Juan acerca de la tumba vacía (Juan 20:2). Ellos corrieron al sepulcro, y ella volvió allí poco después. Luego de que Pedro y Juan inspeccionaran el sepulcro, abandonaron el lugar. Pero María volvió y se quedó allí llorando. Sin duda, había llorado mucho durante los últimos días. ¿Y ahora también esto? Se inclinó y miró adentro. Para su sorpresa, dos ángeles vestidos de blanco estaban en la tumba, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús. Le preguntaron: “Mujer, ¿por qué lloras?” (Juan 20:13). Su dolorosa respuesta fue que se habían llevado a su Señor y que no sabía dónde lo habían puesto.
Lee Juan 20:14 al 18. ¿Qué cambió todo para María?
Con los ojos cargados de lágrimas, María se volvió y vio a alguien de pie detrás de ella. Con palabras parecidas a las de los ángeles, el forastero le pregunta: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” (Juan 20:15). Ella cree que está hablando con el encargado del huerto y le pide ayuda para encontrar el cuerpo de Jesús. El Forastero dice una palabra: “María”. Fue una revelación de una sola palabra que cambió el mundo. De repente, la sorprendida María se da cuenta de que Jesús resucitado le está hablando y lo reconoce. Jesús insiste en que no lo detenga, pues debe ascender a su Padre. Pero le encomienda la tarea de ir a decir a los discípulos que él asciende a su Padre y al de ellos, a su Dios y al de ellos (Juan 20:17). María cumplió su misión. Dijo a los discípulos que había visto al Señor y también les contó el resto de los detalles que él había compartido con ella (Juan 20:18).
Lee 1 Corintios 15:12 al 20. Según Pablo, ¿de qué serviría nuestra fe cristiana si Cristo no hubiera resucitado?
Reavivados por su Palabra: Hoy, 1 Corintios 09.