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LA ORACIÓN DE JESÚS | Lección 11 Jueves 12 de diciembre

diciembre 13, 2024

LA ORACIÓN DE JESÚS | Lección 11 Jueves 12 de diciembre

Juan 17 es conocido como la oración sumosacerdotal de Jesús, con la que concluye su discurso de despedida. En última instancia, Jesús vino a esta Tierra para restaurar la relación personal originalmente existente entre Dios y la humanidad. Realizó fielmente las señales que Dios le encomendó. Comunicó a los humanos quién era Dios mediante palabras y acciones. Jesús dejaría pronto esta Tierra. Deseaba compartir una vez más su amor con sus discípulos. Quería que comprendieran la estrecha relación que existía entre él, el Padre y el Espíritu Santo. Y quería que experimentaran la misma relación personal que él tenía con el Padre y con el Espíritu.

Lee Juan 17:1 al 26. ¿Qué palabras o frases de este capítulo expresan el deseo de Jesús de establecer una estrecha relación de amor entre él, el Padre y sus discípulos?

Muchos leen Juan 17 en el sentido de que lo único que importa es la unidad y el amor. Sin duda, el propósito de Dios es restaurarnos a una relación personal con él y con todas las personas. Pero una lectura más atenta sugiere una conexión mucho más vital entre el amor y la verdad. “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado” (Juan 17:3). “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste […] y guardaron tu palabra […]. Han conocido que realmente salí de ti” (Juan 17:6, 8). “Santifícalos en la verdad. Tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Cristo vino a revelar al Padre. Esta revelación era importante debido a los muchos conceptos erróneos que existían acerca de Dios. El Evangelio de Juan muestra la seriedad con que Jesús llevó a cabo esta misión. Él representaba correctamente la Palabra y las acciones de Dios. Si la verdad no importara, ¿por qué llegar tan lejos?
Jesús vivió una vida de grandes dificultades y fue finalmente rechazado por las autoridades religiosas. Sufrió la indiferencia de la gente e incluso a veces de
sus propios discípulos. Uno de ellos lo traicionó, otro lo negó tres veces. Pasó por una prueba sin tregua y murió en una cruz a manos de los mismos a los que vino a salvar.

¿Cómo puedes reflejar mejor en tu propia vida el amor de Dios, un amor como el que existe entre Jesús y el Padre?

Reavivados por su Palabra: Hoy, 1 Corintios 02.