LA PRUEBA MÁS CONVINCENTE | Lección 09 Para el 1º de diciembre de 2018
Sábado 24 de noviembre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 11:51, 52; Efesios 2:13-16; 2 Corintios 5:17-21; Efesios 4:25-5:2; Romanos 14:1-6; Hechos 1:14.
PARA MEMORIZAR:
“Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Juan 11:51, 52).
La semana pasada estudiamos de qué modo la unidad se hace evidente a través de un mensaje común, centrado en Jesús como Salvador y en las verdades de la Escritura que se acentuarán en el tiempo del fin. Somos lo que somos por el mensaje que Dios nos ha dado y el llamado que tenemos para difundirlo al mundo.
Esta semana nos enfocamos en la unidad de la iglesia, en su expresión en la vida diaria de los cristianos y en su misión. De acuerdo con Jesús, la iglesia no solo proclama el mensaje de salvación y reconciliación de Dios, sino también la unidad de la iglesia es una expresión primordial de esa reconciliación. En un mundo rodeado de pecado, la iglesia se erige como un testimonio visible de la obra salvadora de Cristo. Sin la unidad y la solidaridad de la iglesia, el poder salvador de la Cruz difícilmente se manifestaría en este mundo. “La unidad con Cristo establece un vínculo de unidad mutua.
Esa unidad es la prueba más convincente ante el mundo de la majestad y la virtud de Cristo, y de su poder para eliminar los pecados” (CBA 5:1.122).