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LOS SANTOS DEL ALTÍSIMO | Jueves 20 de febrero Lección 8

febrero 20, 2020

LOS SANTOS DEL ALTÍSIMO | Jueves 20 de febrero Lección 8

¿Qué sucede con el pueblo de Dios según los siguientes versículos? Daniel 7:18, 21, 22, 25 y 27.

Los “santos del Altísimo” es una designación del pueblo de Dios. El poder representado por el cuerno pequeño los ataca. Debido a que insisten en permanecer fieles a la Palabra de Dios, son perseguidos durante la época del gobierno papal. Los cristianos también fueron perseguidos durante el tiempo del Imperio Romano pagano (la cuarta bestia), pero la persecución que se menciona en Daniel 7:25 es una persecución de los santos por parte del cuerno pequeño, que surge recién después de que termina la fase pagana de Roma.

Sin embargo, el poder mundano no someterá a la opresión al pueblo de Dios para siempre. El Reino de Dios reemplazará a los reinos del mundo.
Curiosamente, en esta visión, al hijo de hombre “le fue dado dominio, gloria y reino” (Dan. 7:14). Pero, en la interpretación brindada por el ángel, son los “santos” quienes reciben el Reino (Dan. 7:18). No hay contradicción aquí.

Debido a que este hijo de hombre está relacionado con Dios y con la humanidad, su victoria es la victoria de aquellos a quienes él representa. Cuando el sumo sacerdote le preguntó a Jesús si era el Mesías, el Hijo de Dios, Jesús se remitió al Salmo 110:1 y Daniel 7:13 y 14, y dijo: “Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mar. 14:62). Por lo tanto, Jesús es el que nos representa en el tribunal celestial.

Él ya ha derrotado a los poderes de las tinieblas y comparte su triunfo con quienes se acercan a él. Por lo tanto, no hay razón para temer. Como el apóstol Pablo tan acertadamente declara: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom. 8:37–39).

Fíjate con qué precisión la visión de Daniel representa la historia, miles de años
antes. ¿En qué medida esto debería ayudarnos a aprender a confiar en todas las
promesas de Dios para el futuro?

Reavivados por su palabra: Hoy, Salmos 18 – Durante esta semana, CS cap. 22.