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MÁS QUE EL AMOR DE UNA MADRE | Domingo 19 de enero Lección 4

enero 18, 2025

MÁS QUE EL AMOR DE UNA MADRE | Domingo 19 de enero Lección 4

Tal vez el mayor amor común a la experiencia humana sea el de una madre o un padre por un hijo. La Biblia utiliza a menudo las imágenes de la relación padre-hijo para describir la asombrosa compasión de Dios por las personas, haciendo hincapié en que la compasión de Dios es exponencialmente superior incluso a la expresión humana más profunda y hermosa de ese mismo sentimiento.

Lee Salmo 103: 13; Isaías 49: 15; y Jeremías 31: 20. ¿Qué transmiten estas representaciones sobre la naturaleza y la profundidad de la compasión de Dios?

Según estos textos, Dios se relaciona con nosotros como sus hijos amados y nos ama como un buen padre y una buena madre aman a sus hijos. Sin embargo, como explica Isaías 49: 15, incluso una madre humana podría olvidarse del hijo que «dio a luz» o «dejar de compadecerse del hijo de su vientre», pero Dios nunca olvida a sus hijos y su compasión nunca falla (Lam. 3: 22).
En particular, se cree que el término hebreo raham utilizado para referirse a la compasión aquí y en muchos otros textos que describen el abundante amor compasivo de Dios, deriva del término hebreo que designa el vientre (rejem).
En consecuencia, como han señalado los eruditos, la compasión de Dios es un «amor como el del útero maternal». En verdad, es exponencialmente mayor que cualquier compasión humana, incluso la de una madre por su recién nacido.
Según Jeremías 31: 20, Dios considera a su pueblo del Pacto como su «hijo precioso» y «el niño en quien me deleito», a pesar de que a menudo se rebeló contra él y le causó tristeza. Aun así, Dios declara: «Mis entrañas se conmovieron
por él, y ciertamente tendré de él misericordia». El término traducido aquí como «misericordia» es el utilizado anteriormente para referirse a la compasión divina (rajam).

Además, la frase «mis entrañas se conmovieron por él» puede traducirse literalmente como «mis entrañas rugen». Esta descripción que emplea el lenguaje profundamente visceral de la emoción divina retrata así la profundidad del amor compasivo de Dios por su pueblo. Incluso a pesar de su infidelidad, Dios sigue dispensando su abundante compasión y misericordia a su pueblo y lo hace más allá de toda expectativa razonable.

Para algunos, el hecho de que la compasión de Dios sea semejante a la de un padre o una madre cariñosos es profundamente reconfortante. Sin embargo, algunas personas pueden tener dificultades en ese sentido, pues
sus progenitores no fueron cariñosos. ¿De qué otras maneras podría ser ilustrada la compasión de Dios por esas personas?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Efesios 05.