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¿QUIÉN DIJO QUE PODÍAS HACER ESO? | LECCIÓN 9 Martes 27 de agosto

agosto 26, 2024

¿QUIÉN DIJO QUE PODÍAS HACER ESO? | LECCIÓN 9 Martes 27 de agosto

Lee Marcos 11:27 al 33. ¿Qué desafío plantearon los líderes religiosos a Jesús y cómo respondió él?

Un día después de que Jesús limpió el Templo, los líderes religiosos lo confrontan en sus atrios y le preguntan con qué autoridad había actuado el día anterior. No pretenden escuchar la verdad, sino entramparlo. Si dice que su autoridad proviene de Dios, ellos negarán que un simple carpintero de pueblo tenga tal autoridad. Si él dice que su autoridad es humana, lo despreciarán como a un tonto.
Pero Jesús percibe la trampa y les dice que contestará su pregunta si ellos responden primero una suya. Lo que les pregunta es si el bautismo de Juan el Bautista provenía de Dios o de los hombres. Ellos se dan cuenta al instante de que son ellos quienes han sido entrampados. Si admiten que ese bautismo provenía de Dios, Jesús les dirá: “¿Por qué no le creyeron?” Si dicen que fue una iniciativa humana, temen la reacción de la gente. Así que, mienten y responden que no saben. Esto da a Jesús la oportunidad de rehusarse a contestar la pregunta de ellos.

Lee Marcos 12:1 al 12. ¿Cómo continuó Jesús su negativa a responder, y con qué efecto?

Jesús presenta una parábola acerca de una viña, un propietario y arrendatarios a quienes el dueño alquila el campo. La historia que Jesús narra tiene grandes similitudes con la parábola de la viña en Isaías 5, donde Dios presenta una acusación contra el Israel infiel. Cualquiera habría reconocido el paralelo, especialmente los líderes religiosos. La historia se desarrolla de una manera muy inusual, dado que los arrendatarios se niegan a entregar el fruto de la viña al propietario. En lugar de ello, maltratan y matan a los siervos que él envía. Finalmente, el dueño envía a su amado hijo, a quien espera que ellos respeten. Pero no ocurre eso. Razonan, en cambio –y extrañamente– que, si matan al hijo, la viña les pertenecerá. Su descabellado razonamiento es sorprendente, y la sentencia que se les impondrá está justificada.
Lo que Jesús estaba haciendo en esta historia era dirigir a los líderes religiosos una solemne advertencia acerca del desenlace de su conducta. Vista desde esta
perspectiva, su parábola es un amoroso preaviso. Aún no es muy tarde para que cambien y eviten un juicio seguro. Algunos de ellos se arrepentirán, cambiarán y
aceptarán a Jesús. Otros, no.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 28.