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¿QUIÉN ERES? | Lección 11 Jueves 12 de septiembre

septiembre 12, 2024

¿QUIÉN ERES? | Lección 11 Jueves 12 de septiembre

Lee Marcos 14:60 al 72. Compara cómo respondió Jesús ante los acontecimientos y cómo lo hizo Pedro. ¿Qué lecciones podemos aprender de las diferencias?

Marcos 14:53 al 59 describe el momento en que Jesús es traído ante el Sanedrín y la primera parte del juicio. Se trata de un ejercicio de frustración. Los líderes tratan una y otra vez de hacer valer sus acusaciones contra Jesús. El escritor del Evangelio destaca que el testimonio era falso y que los testigos nunca se pusieron de acuerdo.
Finalmente, el sumosacerdote se levanta y se dirige directamente a Jesús. Al principio, Jesús no responde. Pero entonces, el sumosacerdote, invocando a Dios como testigo y en su nombre (ver Mat. 26:63), exige que Jesús responda si es el Mesías. Jesús admite franca y directamente que sí y cita Daniel 7:13 y 14, que describe al Hijo del Hombre sentado a la diestra de Dios y viniendo en las nubes del cielo. Esto es demasiado para el sumosacerdote, quien rasga sus vestiduras y pide que Jesús sea condenado, lo que es concedido inmediatamente por el concilio. Los líderes comienzan a humillar a Jesús escupiéndole, cubriendo su rostro, golpeándolo y pidiéndole que profetice.
Mientras Jesús está dentro siendo juzgado y dando un testimonio fiel, Pedro está fuera dando un reporte falso. Esta es la sexta y última historia sándwich en Marcos y, aquí, la ironía es particularmente aguda. Aquí hay dos personajes paralelos, Jesús y Pedro, realizando acciones opuestas. Jesús da un testimonio fiel. Pedro, uno falso. Pedro es abordado en tres ocasiones por una sierva y por espectadores, y en cada ocasión niega cualquier asociación con Jesús, incluso maldiciendo y jurando. En este punto, un gallo canta por segunda vez. Pedro recuerda entonces súbitamente la predicción de Jesús de que negaría a su Señor tres veces esa misma noche. Se quiebra y llora. He aquí la impresionante ironía. Cuando terminan de juzgar a Jesús, le cubren los ojos, lo golpean y le ordenan profetizar. La idea era burlarse de él pues no podía ver quién lo golpeó. Sin embargo, en el mismo momento en que ellos están haciendo esto, Pedro está negando a Jesús en el patio, cumpliendo así una de las predicciones de Jesús. En consecuencia, Pedro demuestra, al negar a Jesús, que este es el Mesías.

¿Qué palabras de esperanza le dirigirías a alguien que, aun queriendo seguir a Jesús, fracasa a veces en su intención? ¿Quién de nosotros no ha fallado a veces al no hacer lo que sabemos que Jesús quiere?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 16.