SOLA SCRIPTURA Y ELENA DE WHITE | Lección 5 Jueves 30 de abril
Lee Isaías 8:20. ¿Por qué siempre es importante remitirse a “la ley y el testimonio” bíblicos como las normas para nuestra enseñanza y doctrina? ¿Qué implica esto para el ministerio de los profetas que no han llegado a formar parte del canon bíblico?
Cuando hablamos de Sola Scriptura (solo la Biblia), los adventistas del séptimo día nos enfrentamos inevitablemente a la pregunta de qué hacer con Elena de White, quien también fue inspirada por Dios y sirvió como mensajera de Dios para su pueblo remanente. ¿Cuál es la relación de sus escritos con las Escrituras?
Incluso una lectura superficial de los escritos de Elena de White muestra claramente que, para ella, la Biblia era fundamental y esencial en todos sus pensamientos y teología. De hecho, ella sostuvo repetidamente que la Biblia es la máxima autoridad y la norma final para todas las doctrinas, la fe y la práctica (ver CS 581). Además, ella claramente apoyó y mantuvo el gran principio protestante de Sola Scriptura (ver CS 12).
Según la misma Elena de White, sus escritos, en comparación con las Escrituras, eran una “una luz menor para guiar a los hombres y mujeres a la luz mayor” (MS 3:32), la Biblia. Sus escritos nunca son un atajo ni un reemplazo para ningún estudio bíblico serio. De hecho, ella comenta: “No están
familiarizados con las Escrituras. Si hubieran estudiado la Palabra de Dios, con un deseo de alcanzar la norma bíblica y lograr la perfección cristiana, no habrían necesitado los Testimonios. Es porque han descuidado el conocimiento del Libro inspirado por Dios por lo que él ha intentado alcanzarlos por medio de testimonios sencillos y directos” (TI 2:535).
Por lo tanto, debemos apreciar sus escritos. Comparten el mismo tipo de inspiración que tenían los escritores bíblicos, pero tienen una función diferente de la de la Biblia. Sus escritos no son una adición a las Escrituras, sino que están subordinados a las Santa Biblia. Ella nunca tuvo la intención
de que sus escritos ocuparan el lugar de las Escrituras; al contrario, exaltó la Biblia como la única norma de fe y práctica.
Piensa en el increíble regalo que se nos ha dado a través del ministerio de Elena de White. ¿Cómo podemos aprender a apreciar mejor la asombrosa luz que proviene de ella y, al mismo tiempo, defender la supremacía de las Escrituras?
Reavivados por su palabra: Hoy, Salmos 88 – Durante esta semana, CS cap. 32.