SOMOS RECEPTORES Y DADORES DE GRACIA | Jueves 28 de septiembre Lección 14
Mientras lees Efesios 5, reflexiona sobre lo que nos pide Pablo: que vivamos el evangelio en nuestras relaciones con los demás. ¿Cuál de sus exhortaciones es especialmente importante para ti?
Si comienzas a leer Efesios 5 por el principio, es posible que te pierdas todo el poder de un tema importante. Por lo tanto, comienza por Efesios 4:32, donde Pablo indica a los efesios que “sean benignos, compasivos unos con otros, perdonándose unos a otros, como también Dios los perdonó en Cristo”. Como creyentes, se nos llama a comportarnos con los demás según el perdón y la gracia de Dios hacia nosotros. ¡Debemos imitar a Dios! (comparar con Mat. 5:43–48.)
Pablo contrasta este estilo de vida, que tiene como lema imitar el amor de Dios, con el enfoque pagano habitual. En lugar de valorar a los demás como hermanos y hermanas en la familia de Dios, con demasiada frecuencia los seres humanos utilizan a los demás para su propio placer carnal y luego se jactan de ello (Efe. 5:3, 4). Él advierte que ese enfoque no tiene futuro en el nuevo mundo que Dios está ideando (Efe. 5:5-7).
Al contrario, los creyentes deben alejarse de la oscuridad de su pasado y “anda[r] como hijos de luz” (Efe. 5:8–10), imitando el amor del Padre. De nuevo, Pablo nos advierte que nos alejemos de las “obras infructuosas de las tinieblas”, hechas “en oculto” (Efe. 5:11, 12). En cambio, debemos vivir a la luz de Cristo (Efe. 5:13, 14). En lugar de desperdiciar nuestra vida en vicios, estaremos “redimiendo el tiempo” al dar gracias a Dios por su amor (ver Efe. 5:15–21). Pablo amplía la temática de imitar el amor de Dios al aconsejar a los esposos y las esposas cristianos. El amor abnegado de Cristo por la iglesia se convierte en el modelo para los esposos cristianos (Efe. 5:25–33), mientras que la lealtad de la iglesia hacia Cristo se convierte en el modelo para las esposas cristianas (Efe. 5:22–24). En lugar de usar el don de la sexualidad humana de una manera libertina y egoísta, los esposos cristianos centran su atención en valorarse mutuamente, llegando a ser “una sola carne” (Efe. 5:28–33).
“Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados” (Efe. 5:1). Por la gracia de Dios, hoy estás llamado a vivir esa exhortación en tu relación con los demás.
¿Cómo nos ayuda Efesios 5:2, que nos dice que “ande[mos] en amor”, a entender lo que Pablo quiere significar en Efesios 5:1 acerca de ser “imitadores de Dios”?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Salmos 145.