UN DÍA DE IGUALDAD | LECCIÓN 3 MARTES 16 DE JULIO
Algo que es evidente en una lectura rápida de los Diez Mandamientos en Éxodo 20 y Deuteronomio 5 es que el cuarto mandamiento es, por lejos, el más detallado. Mientras que algunos de los mandamientos se registran en tan solo tres palabras en algunas versiones (en hebreo y en español, algunos pueden expresarse en solo dos palabras), el cuarto mandamiento da espacio al por qué, al cómo y al quién para recordar el día de reposo.
Lee Éxodo 20:8 al 11. ¿Qué dice sobre los siervos y los extranjeros, y hasta los animales, y qué significa?
Entre estos detalles del sábado es notable el énfasis en los demás. Sigve K. Tonstad sostiene que este tipo de mandamiento es único entre todas las culturas del mundo. El mandamiento del sábado, explica, “prioriza desde
abajo hacia arriba y no desde arriba mirando hacia abajo, considerando en primer lugar a los miembros más débiles y vulnerables de la sociedad. Los que más necesitan descansar: el esclavo, el extranjero residente y la bestia
de carga, se destacan especialmente. En el descanso del séptimo día, los menos privilegiados, incluso los animales que no pueden hablar, encuentran un aliado” (The Lost Meaning of the Seventh Day [El significado perdido del
séptimo día], pp. 126, 127).
El mandamiento se centra especialmente en instar a que el sábado sea un día para que todos lo disfruten. A la luz del sábado, todos somos iguales. Si eres un empleador durante la semana, no tienes ninguna autoridad para
hacer que tus empleados trabajen en sábado. Y eso es porque Dios también les dio un día de descanso. Si eres empleado, o incluso un esclavo, por el resto de tus días, el sábado te recuerda que Dios te ha creado y redimido por
igual, y Dios te invita a celebrar esto de una manera distinta a tus deberes habituales. Incluso los que no guardan el sábado, “tu extranjero que está dentro de tus puertas” (Éxo. 20:10), deberían beneficiarse del día de reposo.
Esta idea habría sido un cambio notable de perspectiva para los israelitas,que recién salían de su experiencia de esclavitud y marginación. Ahora que debían establecerse en una tierra nueva, Dios no quería que adoptaran
los hábitos de sus exopresores. Además de darles leyes detalladas para su sociedad, les dio (a ellos y a todos nosotros, en realidad) un poderosísimo recordatorio semanal de cuán iguales somos todos ante Dios.
¿Cómo puedes compartir el sábado en tu comunidad? Es decir, ¿cómo pueden beneficiarse los demás miembros de tu comunidad por el hecho de que tú guardes el sábado?
Reavivados por su Palabra:Hoy, 2 Samuel 10-Durante esta semana,HAP,caps.43,44.