UN RETRATO DE LA IGLESIA PRIMITIVA | Lección 6 Jueves 9 de noviembre
Lee Hechos 2:41 al 47. ¿Qué tipo de retrato de la iglesia primitiva se presenta aquí?
Hechos 2 termina con una hermosa imagen de cómo era la iglesia primitiva. Hechos 2:41 dice que los que fueron bautizados “se les unieron” a ellos. Podríamos leer esto como que alguien hizo las cuentas y agregó el número de nuevos creyentes al número de creyentes existentes y estableció un nuevo total de miembros para el grupo. Pero esa es una interpretación superficial. El enunciado deja entrever la idea de que estos creyentes recién bautizados pasaron a formar parte del grupo como iguales. En tanto, una función central de la iglesia cristiana primitiva era el discipulado. A medida que se añadían nuevos miembros, se los discipulaba de tres maneras. En primer lugar, se les seguía impartiendo la doctrina y la comunión de los apóstoles. Las palabras “doctrina” y “comunión” en este texto significan literalmente “enseñanza” y “camaradería”. La predicación de los apóstoles confrontaba creencias incorrectas y ofrecía nuevas explicaciones para lo que la gente vivía y experimentaba. Pero no les enseñaba cómo hacer realidad esa nueva verdad en su vida. La aplicación de la verdad a la vida personal se daba mediante el vínculo como parte del grupo. Los nuevos creyentes eran discipulados en forma cuidadosa y determinada mediante la enseñanza directa, como así también mediante la participación en la vida diaria de los demás creyentes; todo, bajo la supervisión y el liderazgo de los apóstoles, que eran espiritualmente maduros y bien fundados.
Es una predicación pobre la que dice a la gente qué hacer, pero no cómo hacerlo. Aunque leamos libros prácticos o escuchemos sermones que expliquen cómo hacer las cosas, no hay nada mejor que ver a la gente en acción luego imitarla. Pablo lo sabía, y ordenó a sus seguidores que lo imitaran a él, así como él había imitado a Jesús (1 Cor. 11:1). Cuando los demás puedan verte a ti y la realidad de tu experiencia con Cristo, eso los impactará a ellos también.
Desafío: Piensa en alguien en tu vida que desearías que fuera creyente. Ora cada día para que esa persona tenga una experiencia personal con Jesús.
Desafío avanzado: ¿A quién estás discipulando y conduciendo a una relación con Jesús? Busca maneras de guiar a esa persona a la comunión con otros creyentes.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Eclesiastés 06.